“No hay que dar respiro a Hezbolá”. Con estas palabras ha justificado el jefe del Ejército de Israel, Herzi Halevi, los bombardeos masivos por segundo día consecutivo sobre el sur y este del Líbano, después de que la cifra de muertos del ataque del lunes haya ascendido ya por encima de los 550 y más de más de 1.800 heridos. Halevi ha recocido que su país está “acelerando las operaciones ofensivas” y “reforzaremos todas las capacidades”. Al tiempo, las imágenes que llegan de las carreteras desde varias zonas del país en dirección Beirut muestran un desplazamiento masivo de civiles que escapan del fuego cruzado.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han realizado este martes su “segunda oleada de ataques” contra “objetivos terroristas” de Hezbolá. Uno de los portavoces de las FDI ha lanzado un nuevo “anuncio urgente” a la población libanesa para reclamar que evacuen zonas situadas “cerca o dentro de edificios de Hezbolá o usados para almacenar armas”.
Como ocurre desde hace casi doce meses (como repuesta a la ofensiva israelí sobre Gaza), Hezbolá ha lanzado también proyectiles contra posiciones militares de Israel y una “fábrica de municiones”. El Ejército ha cifrado en cerca de un centenar los cohetes disparados desde el sur de Líbano durante las últimas horas, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas o daños materiales.
La intensificación del conflicto entre Israel y Hezbolá vivió el lunes su peor jornada. Los miles de ataques israelíes entre el este y el sur del Líbano han dejado centenares de muertos y heridos, entre los que hay decenas de niños y trabajadores sanitarios. Israel defiende que mientras realizaba los ataques envió mensajes a la población para que se alejaran de los “edificios usado por Hezbolá”, lo que ha provocado también un desplazamiento masivo de personas.
Los organismos internacionales han recordado a Israel que estas supuestas acciones de protección no son las estipuladas en el marco de un conflicto abierto. El organismo de derechos humanos de Naciones Unidas ha denunciado púbicamente este martes que Israel no puede atacar a miembros de Hezbolá que no estén participando activamente en los combates, ya que al hacerlo está violando las normas internacionales sobre la conducción de la guerra.
Además, la portavoz del organismo, Ravina Shamdasani, ha insistido en que el envío de mensajes de texto por teléfono a la población del Líbano para que se aleje de lugares donde Hizbulá supuestamente esconde armamento no exime a las fuerzas armadas israelíes “de su obligación de proteger a los civiles, que está por encima de todo”. “Decir a la gente que huya no hace aceptable lanzar bombardeos sabiendo que el impacto en los civiles será enorme (…) y aquellos que pueden ser miembros de un grupo en particular, pero que no están participando de forma activa en las hostilidades, no pueden ser blanco de ataques”, explicó.
Shamdasani sostuvo que preocupan los métodos de guerra que está utilizando Israel en el Líbano y que es dudoso que respeten el derecho humanitario internacional teniendo en cuenta el elevado número de víctimas, de desplazados y de instalaciones civiles atacadas en un solo día.