Una vista general del asentamiento israelí de Nof Zion, en el este de Jerusalén. (Foto: Reuters)
Pese a las denuncias internacionales, Israel impulsa su política de expansión y planea construir 18 000 unidades de viviendas ilegales en Cisjordania ocupada.
El gabinete del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha comenzado a discutir medidas para acelerar y aumentar la construcción sin precedente de asentamientos en Cisjordania, desafiando el derecho internacional, según ha recogido este miércoles el medio hebreo Israel Hayom.
El medio prosigue que el ministro de asuntos militares, Yair Golan, y el ministro de finanzas, Bezalel Smotrich, mantuvieron una reunión a principios de esta semana para finalizar el proceso, en la que abordaron algunos de los componentes de los planes.
Estos pasos, tal y como detalla la fuente, incluyen aprobar el establecimiento de unas 18 000 nuevas unidades de asentamiento en los próximos meses y crear un organismo separado que aprobaría la construcción de edificios no residenciales, como empresas industriales, entre otras cosas.
“La aprobación de tales pasos podría resultar en un aumento masivo de la población de las comunidades de colonos israelíes en Cisjordania ocupada en los próximos años”, ha aseverado Israel Hayom.
Según el diario israelí, todos los proyectos de construcción que fueron detenidos por el gabinete anterior se completarán y reanudarán, y la implementación de las leyes ambientales será más limitada y estricta, especialmente en las comunidades árabes.
Israel planea confiscar otros 320 000 metros cuadrados de tierra palestina para expandir los asentamientos ilegales en el sur de la Cisjordania ocupada.
En diciembre, Netanyahu emitió una declaración de política por parte de su gabinete entrante, calificando de máxima prioridad la expansión de los asentamientos ilegales del régimen en los territorios palestinos ocupados y en otros lugares.
En los últimos años, los israelíes han demolido con frecuencia viviendas palestinas, alegando que las estructuras se habían construido sin permisos, que son casi imposibles de obtener. Incluso han ordenado a los propietarios palestinos que derriben sus propias casas o paguen los costos de demolición al municipio.