El secretario general de la Alianza Atlántica cree que la cumbre de la próxima semana en Madrid será un hito “decisivo” en la historia de la organización
La cumbre de la OTAN de la próxima semana en Madrid debía haber sido la última de Jens Stoltenberg (Oslo, 63 años) como secretario general de la Alianza. Pero la invasión rusa de Ucrania, que a menudo se define como el inicio de una nueva era en materia de seguridad, también trastocó los planes de la OTAN, que ha prolongado un año el mandato del noruego para no acometer el relevo en medio de una guerra entre dos países en el continente europeo. Stoltenberg cree que en ese escenario bélico la cumbre del 28 al 30 de junio ha ganado una dimensión “decisiva” para el futuro de la Alianza y de la seguridad del Viejo Continente, que tras 70 años de paz casi ininterrumpida vuelve a sufrir las trincheras, las fosas comunes y las ciudades bombardeadas. “Ya hemos visto que dar la paz por descontada puede terminar en guerra”, avisa Stoltenberg durante una entrevista este viernes con EL PAÍS en la sede de la OTAN en Bruselas.
Pregunta. La guerra ha vuelto al continente europeo, pero ¿está Europa en guerra?
Respuesta. Hay una guerra en Europa provocada por una invasión brutal contra una nación europea independiente, soberana y democrática como es Ucrania. Pero no hay una guerra total entre la OTAN y Rusia. Y eso, por supuesto, es una diferencia importante.
P. Usted suele decir que las guerras son impredecibles y no se puede saber cuándo acabará este conflicto. Pero ¿tiene algún pronóstico sobre si acabará en una mesa de negociación o con la derrota total de uno de los contendientes?
R. Lo más probable es que esta guerra termine en la mesa de negociación. Nuestra responsabilidad es garantizar que Ucrania tiene una posición lo más fuerte posible y ayudarles a permanecer como una nación europea soberana e independiente. Y la mejor forma de hacerlo es proporcionarle un fuerte apoyo militar, apoyo económico e impulsar duras sanciones contra Rusia.
P. En los años setenta usted se manifestaba contra la guerra de Vietnam y ahora está apoyando a uno de los bandos en un conflicto armado. ¿Qué ha cambiado?
R. Entonces estaba en contra de la invasión de Estados Unidos y de su presencia militar en Vietnam, igual que ahora estoy contra la invasión de Rusia y su uso de la fuerza militar contra Ucrania. Situaciones muy diferentes en tiempos muy diferentes. Se trata del respeto a la soberanía de las naciones. La cuestión es que la paz siempre se puede conseguir si te rindes. Pero Ucrania está luchando por su libertad, por su derecho a existir, por el derecho a ser una nación democrática sin someterse al poder de Rusia. Y los ucranios están dispuestos a pagar un precio muy alto, a sacrificarse por esos valores. No nos corresponde decirles hasta dónde deben llegar sus sacrificios.
P. Pero quizá les estén empujando a pagar ese precio tan alto al ofrecerles armamento y financiación.
R. Les ayudamos porque ellos lo están pidiendo. Y lo entiendo porque han sido invadidos por las fuerzas del presidente Putin. Están amenazados por la brutalidad de la invasión rusa y están defendiendo su identidad, su cultura, su independencia, su libertad. Y a lo largo de la historia hemos visto naciones dispuestas a aceptar grandes sacrificios por la libertad.
P. El presidente francés, Emmanuel Macron, considera peligrosa la tentación de humillar a Rusia. ¿Comparte esa preocupación?
R. Lo que veo es la necesidad de proteger y apoyar a Ucrania y corresponde a los ucranios decidir lo que están dispuestos a aceptar o no en una mesa de negociación. Porque no hay duda de que estamos ante una guerra de agresión, en la que los dos lados no son iguales. Hay un agresor y un país que se defiende por sí mismo. Y el derecho a defenderse está consagrado en la carta de Naciones Unidas.
P. Los europeos hacía décadas que no veían una guerra de este tipo en su continente. ¿Es un riesgo dar la paz por garantizada?
R. Siempre es un riesgo dar la paz por garantizada. Por ese motivo, la OTAN tiene que continuar siendo ágil y estar preparada para todo tipo de amenazas. Ya hemos visto que si la paz se da por descontada se puede acabar en guerra.
P. La cumbre de la OTAN en Madrid de la próxima semana, ¿es un punto de inflexión en la historia de la organización o una reunión más?
R. La cumbre de Madrid es decisiva y transformadora para la OTAN. Será una cumbre histórica por muchas razones. Será histórica, en primer lugar, porque los 30 aliados se reúnen en medio de la mayor crisis de seguridad en Europa desde el final de la II Guerra Mundial. Y mostrarse juntos y unidos en Madrid es una potente señal en estos tiempos impredecibles y peligrosos. En segundo lugar, será histórica porque tomaremos muchas decisiones importantes. Se adoptará el nuevo concepto estratégico, que es la guía para el futuro de nuestra alianza. Acordaremos la mayor transformación de nuestra defensa colectiva desde el fin de la Guerra Fría, con más tropas, disponibilidad de respuesta rápida y más equipamiento preparado. Y acordaremos un paquete completo de asistencia a Ucrania.
P. La OTAN se vuelca con el este de Europa.
R. También tomaremos decisiones importantes relacionadas con el sur, y eso es particularmente importante para España y para otros aliados meridionales. España ha convertido el sur en un asunto importante para la Alianza y la felicito por ello. El foco, por supuesto, está puesto en Rusia y Ucrania, porque es el desafío más inminente. Pero no debemos olvidar las otras amenazas, incluido el terrorismo o la inestabilidad en el norte de África y en el Sahel. Por eso vamos a reforzar nuestros esfuerzos de cooperación con los países del sur y acordaremos un nuevo paquete de apoyo para Mauritania para ayudar en la lucha contra el terrorismo, el control de fronteras y el fortalecimiento de la defensa y seguridad. Porque sabemos que cuando nuestros vecinos son estables, aumenta nuestra seguridad. El sur es importante para nuestra seguridad y los aliados de la OTAN se van a involucrar más para resolver los problemas de inestabilidad.
P. ¿Por qué celebrar una cumbre al parecer tan importante en España, el aliado que menos gasta en defensa junto a Luxemburgo?
R. España es un aliado muy valorado, que contribuye por muchas vías a nuestra defensa colectiva y nuestra seguridad compartida. Participa con fuerzas armadas en nuestros despliegues en la región del Báltico, en vigilancia área, en despliegues marítimos, con barcos o aviones en diversas misiones y operaciones. España también contribuye a nuestra lucha contra el terrorismo, incluida su participación en la misión en Irak. Y alberga buques en la base de Rota y nuestro puesto de mando aéreo en Torrejón. Y me gustaría también elogiar a Pedro Sánchez por su compromiso personal con la Alianza transatlántica.
P. Numerosos aliados, entre ellos España, parecen dispuestos a anunciar en la cumbre de Madrid un aumento del gasto en defensa. ¿Se cumplirá o será una mera promesa?
R. Cada vez más aliados están logrando el objetivo de gastar el equivalente al 2% de su producto interior bruto, que era el compromiso pactado en 2014. Desde entonces hemos visto un año tras otro un aumento del presupuesto en toda Europa, también en España, y en Canadá. Y debemos también invertir más de manera conjunta porque se multiplica el resultado.
P. La Comisión Europea propone la adquisición conjunta de armamento. ¿Apoya la idea?
R. Creo que un mayor esfuerzo de la UE en defensa redunda en una mayor fortaleza al mismo tiempo de la Unión Europea y de la OTAN, tanto para disponer de nuevas capacidades como para aumentar la competitividad de la industria europea de defensa. Pero debe hacerse sin duplicar los esfuerzos de la OTAN y sin competir ni solaparse con la Alianza, que seguirá siendo la piedra angular de la seguridad de Europa.