Los presidentes de Estados Unidos y China volverán a conversar por cuarta vez, teniendo como tema central la invasión rusa y el posicionamiento del gigante asiático. Se espera que Washington advierta a Beijing de su hipotética ayuda económica y militar a Moscú, a lo que el Gobierno chino ya ha adelantado que no tolerará “coerciones” contra sus empresas o individuos.
La guerra en Ucrania ha atravesado las agendas de los países del mundo y se ha erigido como tema central en las conversaciones bilaterales entre los jefes de Estado. En ese sentido dialogarán por teléfono Joe Biden y Xi Jinping, presidentes de Estados Unidos y de China respectivamente, dos de los gigantes geopolíticos del planeta.
La discusión rondará la invasión rusa y el enigmático rol que juega Beijing en ella, quien se expresa bajo neutralidad, pero despierta el temor occidental de que sea la llave de Moscú para sobrellevar las sanciones económicas impuestas por la alianza Estados Unidos-Europa. En este sentido, el Gobierno chino ya se ha adelantado avisando que no permitirá que Washington use sus empresas o ciudadanos para forzarlo en su postura.
Este contacto remoto entre los líderes será el primero oficial desde el cónclave de noviembre y es el cuarto desde que inició la Administración de Biden. Además, será útil para darle “continuidad” al diálogo que comenzó el pasado lunes en Roma entre Jake Sullivan –asesor de seguridad nacional de Biden– y Yang Jiechi –director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores china–, el cual fue considerado “duro e intenso”.
El pasado jueves, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, manifestó que Biden “dejará en claro que China tendrá responsabilidad en cualquier medida que tome para apoyar la agresión de Rusia” y que le advertirá las represalias a las que se enfrenta.
Sin embargo, los castigos económicos que se le han impuesto a Moscú no se pueden traspasar a China, máximo exportador del mundo y segunda economía global, por las catastróficas consecuencias que podría generar en el equilibrio financiero estadounidense y de los demás países.
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, explicó que dentro de los objetivos de Biden en su reunión con Xi estará la de conseguir una evaluación más clara sobre la postura del gigante asiático en torno al conflicto ruso-ucraniano.
“La ausencia de un discurso claro y de una denuncia por parte de China de lo que está haciendo Rusia es algo que va en contra de todo lo que respalda China, incluidos los principios básicos de la Carta de la ONU y del respeto a la soberanía de las naciones”, explayó.
A lo largo de estos 23 días desde el inicio del ataque ruso, Beijing evitó sistemáticamente emitir una condena firme sobre la postura del presidente Vladimir Putin y, a pesar de defender “la soberanía territorial” ucraniana, afirmó que Moscú tiene “preocupaciones defensivas lógicas” y le achacó un grado de responsabilidad a Washington.
También se pronunció en contra de las sanciones económicas, las cuales considera que no son útiles a la premisa de llevar “paz y seguridad” al mundo y por el contrario solamente afectan a los pueblos.
Por otro lado, Beijing desechó cualquier posibilidad de brindarle apoyo militar a Rusia a pesar de su estrecha alianza estratégica y desmintió que Moscú se lo haya pedido, tal como citaban medios estadounidenses.
Taiwán, el otro tema candente de la cita Biden-Xi
Las relaciones bilaterales, a diferencia de lo que se esperaba, no han sido lo suficientemente buenas teniendo en cuenta el amistoso vínculo que ambos mandatarios tenían al conocerse desde hace años y haber compartido viajes como vicepresidentes.
A pesar de un enérgico saludo de Biden en la conferencia de noviembre y de que Xi lo haya tildado de “viejo amigo”, los lazos son tensos y se profundizaron luego de desavenencias hacia el gigante asiático, como fue la aparición del AUKUS (el frente compuesto entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos sobre el mar Indochino) y el respaldo de Washington hacia Taiwán.
Precisamente, este último asunto también estará sobre la mesa. Beijing reclama la soberanía de Taipei y lo ha amedrentado –sin ningún movimiento militar– con los aviones sobrevolando el territorio casi diariamente o con barcos navegando en el Estrecho de Taiwán.
Por caso, este viernes las autoridades taiwanesas denunciaron la presencia del portaaviones Shandong en el sensible Estrecho, lo cual tomaron como una provocación justo horas antes del llamado entre Biden y Xi Jinping.
Sobre esto habló el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, quien dijo que Shandong solamente seguía “un programa de entrenamiento de rutina” y se verificó que no tenía ni buques ni aviones a bordo.
“No debemos asociar esto con la comunicación entre los jefes de Estado de China y Estados Unidos. Pueden pensar que es demasiado sensible, pero lo que es sensible son ustedes, no el Estrecho de Taiwán”, defendió Zhao.
Para Beijing, lo concerniente a Taipei es el punto más importante en sus relaciones con los norteamericanos. Aunque no tiene vínculos diplomáticos formales allí, Washington es el patrocinador internacional y proveedor de armas más significativo con el que cuenta Taiwán.
Por último, se espera que los líderes hagan referencia a las conversaciones nucleares con Irán, los nuevos lanzamientos de misiles de Corea del Norte y negociaciones comerciales entre sí.
Con EFE, Reuters y AP