Las promesas de la OTAN de admitir a Ucrania en la alianza provocaron el conflicto con Rusia, señaló el exsecretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, que cumple este sábado 100 años, en una entrevista con The Wall Street Journal publicada el viernes.
Según el exfuncionario, “la oferta de incorporar a Ucrania a la OTAN fue un grave error” y desencadenó la situación actual.
Asimismo, Kissinger considera que Crimea no debe volver a formar parte del territorio ucraniano. “Para Rusia, la pérdida de Sebastopol, que siempre no fue ucraniana en la historia, supondría tal descalabro que la cohesión del Estado estaría en peligro. Y creo que eso no es deseable para el mundo después del [conflicto en] Ucrania”, resaltó.
China no busca “la dominación mundial”
Por otra parte, el diplomático cree que Washington adoptó una postura equivocada respecto a Pekín. Indicó que tanto el expresidente estadounidense Donald Trump como el actual mandatario Joe Biden “quieren exigir concesiones a China y anunciarlas como tales”, lo que es un enfoque incorrecto.
“La política [de EE.UU.] consiste en declarar a China adversario, y luego exigirle concesiones que creemos que le impedirán llevar a cabo sus deseos de dominación”, explicó.
Además, el exsecretario de Estado subrayó que no cree que Pekín “busque difundir la cultura china por el mundo”. “Busca la seguridad, no la dominación mundial, pero sí espera ser la potencia dominante en Asia”, afirmó.
En este contexto, Washington debe abstenerse de una confrontación y buscar el diálogo, sugirió Kissinger. “La conversación más importante que puede tener lugar ahora es entre los dos líderes, en la que acuerden que tienen las capacidades más peligrosas del mundo y que llevarán a cabo su política de tal manera que se reduzca [la posibilidad de] un conflicto militar”, declaró.
El mundo actual está en el “desorden”
Además, señaló que el mundo actual está en el “desorden” y que los países mayores “carecen de orientación interna y están en proceso de cambio o adaptación a las nuevas circunstancias”.
Según el diplomático, EE.UU. se considera “recto” y “desinteresado”, pero otros países no comparten esta opinión.