Palacio presidencial ruso, el Kremlin.
Putin tiene que decidir sobre el reconocimiento de las dos repúblicas en el Donbás, este de Ucrania, pero esto no concuerda con los acuerdos de Minsk.
El portavoz del mandatario, Dmitri Peskov, ha confirmado este miércoles que Vladimir “Putin tomó nota de la petición de la Duma de reconocer las repúblicas del Donbás”.
Sin embargo, ha indicado que reconocer Donetsk y Lugansk “no concuerda con los acuerdos de Minsk. Realmente es así. […] Y el presidente dijo que el objetivo principal es la realización del complejo de medidas [previstos por los acuerdos] de Minsk”, ha agregado.
La resolución de los diputados rusos no fue del agrado de Ucrania, que considera el Donbás como una administración ocupacionista de Rusia e instó a la comunidad internacional a imponer sanciones en contra de la injerencia de Moscú en los asuntos de Kiev.
La Unión Europea (UE) también se opuso al reconocimiento de Donetsk y Lugansk, dos provincias no controladas por el Gobierno de Kiev, como entidades independientes por “violar” los acuerdos de Minsk.
La Duma estatal de Rusia aprueba una resolución para pedir al presidente Vladimir Putin el reconocimiento de la independencia de repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Por su parte, Konstantin Kosachev, responsable del Comité de Asuntos Exteriores en el Consejo de la Federación (Cámara Baja del Parlamento ruso), ha tachado de inapropiada las críticas al reconocimiento de independencia en marcha y ha sostenido que se acepte o no, es una prerrogativa exclusiva del presidente de Rusia.
El Donbás se enfrenta a las tropas ucranianas desde 2014, en un conflicto que ha dejado más de 14 000 muertos. El reconocimiento de estos territorios como independientes supondría el fin de los acuerdos de Minsk y del proceso de paz que prevé el futuro retorno de estos territorios bajo control de Kiev.
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Los acuerdos de Minsk
Los acuerdos de Minsk se firmaron en 2015 para detener el conflicto en curso entre los independentistas del este de Ucrania y la Administración de Kiev.
Los acuerdos incluían un alto al fuego en la región y el intercambio de prisioneros, al tiempo que permitían a Ucrania adoptar una enmienda constitucional que le daría a Donbás, región donde se encuentran las repúblicas independientes de Donetsk y Lugansk, un estatus especial.
Por otro lado, las fuerzas separatistas se retirarían de la frontera entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, la implementación de los acuerdos se ha visto obstaculizada dado que las dos partes se acusan mutuamente de violar el alto al fuego.
No obstante, la tensión se ha disparado con acusaciones mutuas entre Rusia y Ucrania de movilización de tropas y preparativos para una posible ofensiva. Moscú ha repetido una y otra vez que no es parte del conflicto en Ucrania y acusa al Occidente, encabezado por EE.UU., de incitar a su país vecino a iniciar un nuevo conflicto con los independentistas y desestabilizar las fronteras rusas.
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