Un padre y su hija se enfrentan a cadena perpetua por asesinato e incesto después de que la Policía encontrara en el sótano de su casa los cuerpos de tres bebés recién nacidos en estado de descomposición.
Piotr Gierasik, de 54 años, y Paulina Gierasik, de 20, fueron detenidos el sábado 16 de septiembre por las autoridades polacas del pueblo de Czerniki, situado al norte del país, después de que los restos de tres bebés fueran descubiertos en tumbas poco profundas y envueltos en bolsas de plástico, han recogido diferentes medios locales. Los dos primeros cuerpos fueros hallados el viernes y el tercero fue descubierto el mismo sábado de la detención.
La fiscal del distrito, Mariusz Duszynski, ha comunicado que la joven ha sido acusada de dos cargos por presunto asesisanto y su padre, de tres. Además, el hombre ha sido condenado por dos cargos por presunto incesto, uno de ellos con la hija de 20 años -quien también se enfrenta a un cargo por incesto-, ya que dos de los bebés fallecidos serían fruto de una relación entre ellos.
El otro cargo de incesto se le atribuye por, presuntamente, haber mantenido relaciones sexuales con otra de sus hijas, apunta la fiscal. Con ella habría tenido al tercer bebé, también hallado muerto en el lugar de los hechos.
El padre y la hija han sido detenidos por decisión judicial y permanecerán tres meses en la cárcel, a vistas de que se celebre un juicio para analizar el caso.
Piotr Gierasik se mudó al Czerniki hace aproximadamente 15 años, quedándose al cargo de sus hijos tras la muerte de su esposa. “El padre se quedó solo con los niños. Son muchos, diez o doce, los mayores ya se han ido”, ha apuntado un vecino al periódico local Super Express.
Según su testimonio, el hombre causaba “buena impresión” en el vecindario, ya que había arreglado la casa a la que se mudo y solía llevar a sus hijos a caminar por el bosque y a recoger setas. “Simplemente gente común y corriente”, asegura.
ue a raíz de una suposición de una de las compañera de trabajo de Paulina cuando la historia de esta familia comenzó a levantar sospechas. La testigo se dio cuenta de que la joven podría estaba embarazada cuando empezó a vestir con “ropa grande y holgada” para ir a trabajar y, además, se ausentó tres semanas de su puesto de manera repentina.
“Todos supusimos que estaba embarazada, creo que se había atado cinturones alrededor como una especie de corsé. Cuando regresó temprano de sus vacaciones, el cambio fue visible. Estaba mucho más delgada, más débil y constantemente cansada. Le preguntamos por el bebé, pero esta fingió sorpresa y lo negó todo”, ha comentado otro compañero.