No les quedó sino hablar mal de Petro. Y están todas las fuerzas de la derecha en franca lid contra las ideas del candidato de izquierda
En esta época de elecciones, los asesores de publicidad de derecha en política están anulados, no los contrataron o están dedicados a otras actividades; se dejaron entusiasmar por el afán y en ese afán convergieron dos cosas: el afán de ganar dinero y el afán de hacer todo lo más sencillo posible y con la idea de crearle opinión al pueblo colombiano le crearon un odio visceral hacia Petro.
Pero dan por sentado que el líder del Pacto Histórico es el triunfador en las elecciones: “¡Petro es un HP! Pero va a ganar las elecciones”. Esa es la premisa con la que todos los ciudadanos votantes están de acuerdo; creían que lo iban a bajar de sus aspiraciones, pero ocurrió todo lo contrario.
Todos los candidatos se exponen a pelear entre ellos y a acusar a Petro de comunista y de que nos va a volver como Venezuela sin argumentos; y los pocos argumentos que tienen Petro los deja atónitos y sin palabras con sus prácticas respuestas.
Pero, ¿qué es lo que pasa en Colombia en las elecciones?, que en Colombia la derecha ha sido siempre una clase social, ausente de las necesidades del país, convergente con ideas de atraso y desesperación sin más visión que enriquecerse hasta la saciedad y no darle beneficios de patria a nuestra querida república bananera; la corrupción campante, la injusticia en derecho, la injusticia social, lugares y pueblos olvidados por el gobierno, etc., etc….
Pues bien, se equivocaron de mensaje. El mensaje fue “miedo al comunismo, miedo a los socialistas como Maduro, Petro va a expropiar a los ricos el dinero, las propiedades y las empresas”. Y ya.
Y Petro en su franca elocuencia ha superado los debates con respuestas cortas y sencillas; va a gobernar con lo que hay. ‘Hay que respetar las leyes’ es su eslogan y no desde ahora, sino desde siempre.
La idea de darle desarrollo al campo, de industrializar las ciudades, de ser un modelo en educación, salud y economía en la región no es una propuesta ambigua.
Lo que sí es ambiguo y contradictorio son las campañas de los otros candidatos que vienen destazando a tabula rasa el concepto del comunista y el odio hacia la izquierda con el precepto de que ellos no dejarán que nadie dañe el status quo de Colombia.
También vienen tocando el tema de la corrupción con un mensaje más incierto todavía: crear burocracia para combatir la corrupción. Y pare de contar.
¡Qué tristeza y qué desolación de argumentos! Pero en cambio al ciudadano común le han llenado la cabeza de odio hacia los cambios, de resentimiento hacia Petro como si fuera el culpable del atraso del país; y en esa ignorancia han acampado las ideas de quienes adoran a los partidos políticos de derecha, de odio recalcitrante, intolerancia, apoyo a los delincuentes y satisfacción ante los abusos de poder del actual presidente.
Ahora bien, el infortunio de la política colombiana es que ante cualquier tipo de elección (Cámara, para alcaldías, concejos y presidente) siempre resultan ganadores en las regiones más apartadas los mismos, que la posibilidad de que Petro gane aunque sea muy alta, le falta mucho gabinete para gobernar y necesita a mucho político de su lado.
La verdad es que un país no se arregla en 4 años, y no se alcanza el desarrollo con un presidente y mientras tanto las grandes masas de votantes se han convertido en antagónicos enemigos de un bando a otro.
Ahí es donde el ciudadano pierde, cuando se descompone la raíz de la sociedad, a todos les va mal y en ese sentido la conclusión final, si no se desemboca en violencia generalizada, es que la clase dirigente no va a permitir que en el supuesto de que Petro sea el nuevo presidente tendrá que enfrentar una aguerrida oposición y tendrá que convencer a todo un país entero de su vocación como político y como gobernante.
No les quedó sino hablar mal de Petro. Y están todas las fuerzas de la derecha en franca lid contra las ideas de Petro, desde los periodistas menos apasionados hasta los más aguerridos a las ideas de derecha.
Ya no son el partido conservador y el partido liberal en contienda; ya son los periodistas, los medios, los banqueros, los industriales, todas las fuerzas vivas del país que se enfrentan a la única posibilidad de desarrollo político, económico y social que ha tenido el país desde la dictadura de Rojas Pinilla.
Ojalá el devenir histórico de la nación colombiana sea el del desarrollo y que las fuerzas oscuras con el patrocinio del narcotráfico permitan hacer de esta una nación grande. Ojalá.