La senadora Marsha Blackburn aterrizó en la noche de este jueves en Taiwán, marcando así la cuarta visita este mes de un representante o una comisión proveniente de Estados Unidos a la isla.
La legisladora llegó a bordo de un avión militar estadounidense al aeropuerto Songshan de Taipéi, donde fue recibida por Douglas Hsu, director General del Departamento de Asuntos Norteamericanos del Ministerio de Asuntos Exteriores, informó la oficina de la republicana.
“Acabo de aterrizar en Taiwán para enviar un mensaje a Pekín: no nos dejaremos intimidar. Estados Unidos se mantiene firme en la preservación de la libertad en todo el mundo, y no tolerará los esfuerzos para socavar nuestra nación y nuestros aliados”, escribió Blackburn en su cuenta oficial de Twitter.
Blackburn, quien es miembro de los comités de Comercio y Servicios Armados del Senado, también afirmó en la red social que se aseguraría de que la isla cuente con “los recursos necesarios para combatir a la China comunista y al nuevo ‘eje del mal‘“. “Por eso estoy en Taiwán”, resaltó.
Su llegada a Taiwán se produce después de un recorrido por varios países insulares del Pacífico, que incluyó la República de Fiyi, Papúa Nueva Guinea y las islas Salomón. “Durante mi visita a Taiwán, espero escuchar directamente de los líderes de la nación cuáles son sus necesidades y cómo podemos apoyar la libertad del pueblo taiwanés”, comentó la senadora.
“EE.UU. no quiere estabilidad en el estrecho de Taiwán”
China ha expresado en reiteradas ocasiones su rechazo a cualquier vínculo oficial entre Washington y Taipéi, y ha criticado las recientes visitas de dignatarios estadounidense a la región insular. Por este motivo, el portavoz de la Embajada de China en Washington, Liu Pengyu, reaccionó a la visita de Blackburn advirtiendo que Pekín tomaría “contramedidas firmes” a lo que llamó “provocaciones” de EE.UU., recoge la agencia Reuters.
“Esta relevante visita demuestra una vez más que EE.UU. no quiere ver estabilidad en el estrecho de Taiwán y no ha escatimado esfuerzos para provocar la confrontación entre las dos partes e interferir en los asuntos internos de China”, aseveró Liu en un comunicado citado por el medio.
Desafiando las advertencias de China, el pasado domingo llegó a la isla el gobernador del estado estadounidense de Indiana, Eric Holcomb, para una visita oficial. Una semana antes, otra delegación de legisladores estadounidenses había aterrizado en Taipéi para reunirse con altos dirigentes taiwaneses.
Sin embargo, fue la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, los días 2 y 3 de agosto, la que daría inicio a la más reciente escalada de tensiones en el estrecho de Taiwán, que provocó duras críticas por parte de Pekín y dio pie a que la nación asiática llevara a cabo una serie de ejercicios militares en diferentes zonas de su costa durante las últimas semanas.
En un documento compartido hoy por la agencia de noticias Xinhua sobre la visita de Pelosi, las autoridades chinas aseveran que los representantes del poder legislativo estadounidense deben adherirse “estrictamente a la política de ‘una sola China’ y abstenerse de cualquier intercambio oficial con la región china de Taiwán”. “Ni el derecho internacional ni la legislación interna estadounidense dan a EE.UU. la excusa para desafiar las obligaciones internacionales y tomar medidas que van en contra de las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, provocan a la soberanía de China y rompen su propio compromiso sobre la cuestión de Taiwán.”, resalta el escrito.
- EE.UU. oficialmente apoya el principio de ‘una sola China’ y no reconoce la soberanía de Taiwán. Sin embargo, los vínculos entre la isla y Washington son muy estrechos.
- Taipéi se autogobierna con una administración propia desde 1949. Desde entonces, ha conservado la bandera y algunos otros atributos de la antigua República de China que existían en el continente antes de que los comunistas llegaran al poder. Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, y la mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.