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Internacional

Las implicaciones que tiene para Venezuela la próxima visita de Erdogan (y lo que significó la gira internacional de Maduro)

La próxima visita del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a Caracas, anunciada el martes por su par venezolano, Nicolás Maduro, reubica a Venezuela como lugar estratégico en medio de la disputa entre los bloques geopolíticos que se han ido reconfigurando en los últimos años.

La información de la visita fue ofrecida en el marco de la despedida al embajador turco en Caracas, Sevki Mutevellioglu, aunque las fechas precisas no fueron divulgadas.

La actitud beligerante de Turquía en el concierto internacional le otorga en los actuales momentos una posición preponderante.

Desde hace años, más precisamente desde el fallido golpe de Estado en Turquía en 2016, Erdogan se ha acercado a Moscú, aunque su país es miembro activo y reconocido de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde 1952. Dicha posición, más paradójica aún en la actual situación mundial, le ha permitido mostrar este año un poder real en las intríngulis geopolíticas.

Desde comienzos del conflicto entre Ucrania y Rusia, Erdogan propuso su mediación y dispuso de su país como escenario de negociaciones entre ambos gobiernos.

Erdogan viene a respaldar nuevamente a Maduro, buscando impulsar el reconocimiento definitivo que le han cercenado varios gobiernos occidentales, especialmente sus socios en la OTAN, que han bloqueado al país caribeño desde varios flancos.

Más adelante, Turquía utilizó su membresía a la OTAN para  primero vetar y luego aprobar, aunque con condiciones, la inclusión de Suecia y Finlandia en dicha organización, lo que puso a todos los oídos de la geopolítica a esperar la decisión final de Erdogan.

Por otro lado, el presidente turco se ha convertido en un aliado de Maduro, especialmente desde la implementación del programa de recuperación económica iniciado en el segundo gobierno de este, cuando había perdido todas las líneas de crédito, incluso de sus aliados. Así, en plena crisis venezolana, gobierno y empresarios turcos abrieron variados canales de comercialización.

Vale recordar que ya en 2018 Erdogan visitó Caracas, solo que en aquel momento su gobierno no poseía la actual preponderancia que ha retomado desde que comenzó el conflicto en Ucrania y la reactivación ofensiva de la OTAN.

En este viaje próximo, Erdogan viene a respaldar nuevamente al mandatario venezolano, buscando impulsar el reconocimiento definitivo que le han cercenado varios gobiernos occidentales, especialmente sus socios en la OTAN, que han bloqueado al país caribeño desde varios flancos comerciales, financieros y diplomáticos, con el intento fallido de derrocar a Maduro.

¿Apertura de Occidente a Caracas?

Desde el comienzo del conflicto en Ucrania, la Casa Blanca aceleró el acercamiento con Miraflores. Ha enviado dos misiones de alto nivel a Caracas, abriendo negociaciones directas que han logrado sacar a un funcionario del Gobierno venezolano de una lista de sancionados del Departamento del Tesoro de EE.UU. y ha permitido a empresas petroleras europeas, como Repsol y Eni, comerciar petróleo con Venezuela.

En plena cumbre del G7, en junio, un comunicado de la Presidencia de Francia solicitaba el reingreso de Venezuela como proveedor de petróleo a Europa.

Son variadas las razones que hacen pensar que se vuelve absurdo mantener a Caracas tras una “cortina de hierro”, una vez los precios del petróleo se han disparado y hay fuerte incertidumbre sobre el abastecimiento energético mundial.

La llegada de Erdogan puede terminar de abrirle los ojos a sus aliados occidentales sobre la necesidad de ponerle fin al tiempo de bloquear a Venezuela.

Aunque, más allá de lo que disponga Occidente, ya Maduro ha establecido una línea estratégica que no depende tanto de Washington y sus fieles aliados.

Última Gira de Maduro

Coincidiendo con la celebración de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, EE.UU., donde no había sido invitada Venezuela, Maduro arribaba a Ankara para reunirse con su homólogo turco, dando una señal de no estar esperando o por Washington, sino más bien de querer diseñar una agenda propia que no dependa de las decisiones de la Casa Blanca sobre las sanciones.

Las actuales circunstancias geopolíticas y la importancia que ha retomado el petróleo, teniendo Venezuela las reservas probadas más grandes del mundo, han entusiasmado a Maduro para rediseñar sus relaciones internacionales.

Ankara no fue el único destino. La gira lo llevó a otros cinco países asiáticos y africanos, todos de importancia en el mundo petrolero y energético: Irán, Argelia, Kuwait, Catar y Azerbaiyán. Vale detenerse a pensar que esta gira de Maduro cobra importancia porque no se desplazó hacia las mismas potencias mundiales donde tradicionalmente acudía a buscar planes de financiamiento: China y Rusia.

En esta ocasión prevalecieron los intentos de incrementar el comercio con países aliados como Turquía y reanimar las relaciones comerciales con países históricamente cercanos a Venezuela por su participación en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

No se conocen en profundidad los acuerdos a los que pudo haber llegado Maduro con los diferentes gobiernos que visitó, pero sí dio a conocer que abarcan áreas de inversión en gas, petróleo, petroquímica, refinación, producción de alimentos. Especificó, a su llegada a Caracas, que espera en próximas semanas a empresarios de todos los países.

Todo ello en momentos en los que las sanciones financieras que le aplicaron no solo a Venezuela, sino a cualquiera que quisiera comerciar con ella, parecen ir en franca retirada debido, sobre todo, a su ineficacia.

Hacia dónde apunta Maduro

Las actuales circunstancias geopolíticas y la importancia que ha retomado el petróleo, teniendo Venezuela las reservas probadas más grandes del mundo, han entusiasmado a Maduro para rediseñar sus relaciones internacionales.

El presidente venezolano no se sentó a esperar sobre la decisión de Washington para reiniciar acuerdos petroleros y está tejiendo alianzas que le permitan salir del atolladero económico que vive su país desde 2013.

Este rediseño se basaría en rescatar a los antiguos aliados en materia energética, y así, retomar el valor geopolítico que poseía en el mundo un país que cumplió el papel de articulador tanto en la creación de la OPEP como en su reanimación a comienzos de siglo XXI.

En ese escenario, Venezuela nuevamente dejaría de ser acusado y criminalizado por los países occidentales para recuperar su espacio como actor relevante en la geopolítica actual, usando sus reservas de petróleo como palanca de impulso.

Ociel Alí López es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.

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