En declaraciones ofrecidas este domingo ante un grupo de estudiantes del país, tras una ceremonia con ocasión del Día de Arbaín, el día 40.º después del aniversario del martirio del Imam Husein (P), el tercer Imam de los musulmanes chiíes, y sus 72 compañeros en la una batalla contra el corrupto gobernante omeya de la época, Yazid, el Líder de Irán ha recalcado que la lucha sagrada (yihad) contra la tiranía y la opresión existió incluso antes y después de la era del Imam Husein, pues, existe hoy en día y existirá hasta el final.
“La guerra y la lucha siempre continúan; en la etapa de la espada y el sable era de una manera, en la etapa de los átomos, el ciberespacio y la inteligencia artificial es de otra. (…) En la etapa de la publicidad era a través de poemas, odas, dichos y narraciones; en la era del Internet, del cuánto y cosas similares, es de otra manera, pero existe”, ha enfatizado.
A juicio del ayatolá Jamenei, la lucha no siempre significa empuñar las armas, sino que se interpreta también en cómo pensar correctamente, hablar correctamente, detectar correctamente y apuntar con precisión. Al respecto, ha llamado a conocer la tarea y el camino que se debe seguir.
“La lucha contra quienes nos combaten” no debe olvidarse nunca, ha enfatizado el Líder de Irán instando a los jóvenes a adoptar una medida adecuada al respecto, sea en el entorno universitario, en el ambiente social o político, en el camino hacia Karbala y Palestina, o a la hora de definir los objetivos mayores.
Hoy, Irán e Irak han sido escenario de marchas multitudinarias para conmemorar el Día de Arbaín. Según los ulemas chiíes y suníes, el enfoque del Imam Husein es el que inspira las revoluciones en este tiempo y él es el magnetismo que une a los musulmanes de diferentes escuelas religiosas e incluso los no musulmanes que buscan el camino de la verdad, justicia y libertad.
Este año, el apoyo a Palestina ante el genocidio del pueblo en la Franja de Gaza y los crímenes del régimen de ocupación israelí ha sido el mensaje de la gran caminata de Arbaín, pues, de hecho, esta marcha anual se ha convertido en una escuela de ética inimitable y un estandarte para la defensa de los derechos humanos, además de ser un punto de convergencia interreligiosa.