El presidente mexicano cuestionó la decisión de un juez de Yucatán de bloquear de manera provisional la construcción del tramo 5 del Tren Maya por no contar con los permisos ambientales para llevarse a cabo. El proyecto generó polémica desde un inicio, activistas y ambientalistas advierten que este destruiría el sistema de ríos subterráneos más grande del mundo, y con ellos su flora y fauna.
Un revés para el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. El lunes, un juez de Yucatán suspendió temporalmente la construcción del tramo 5 del Tren Maya, que va de Playa del Carmen a Tulum, en Quintana Roo, por falta de la autorización de impacto ambiental.
El mandatario cuestionó la decisión del magistrado en su conferencia de prensa diaria este martes y aseguró que existe “una campaña contra el Tren Maya, financiada por organismos internacionales y empresarios” que tienen fines “políticos” y “no ambientalistas”.
López Obrador señaló en particular al “Gobierno de Estados Unidos” de financiar “grupos que actúan en México contrarios a nosotros”, así como grupos ambientalistas.
El jefe de Estado del país azteca insiste en que la construcción “no afecta ningún cenote, ni el río subterráneo”, sin embargo, la construcción vial inició sin contar con la autorización ambiental y su avance ha deforestado ya más de un kilómetro de selva.
En efecto, aseguró que va a “esperar a ver qué es lo que están reclamando” las autoridades de Yucatán, para así “buscar la forma de defendernos legalmente”.
Sin embargo, confesó que mientras el Poder Judicial resuelve el caso, “el tren va”, ya que aún “no han recibido la notificación legal” de la suspensión de la construcción del tren. Asimismo, descartó otras repercusiones.
Un proyecto criticado por activistas y artistas
La polémica obra en el sureste del país ha despertado controversia desde su inicio, con grupos originarios y ambientalistas que se han opuesto a los diversos tramos.
Tras una modificación del trazado del tramo 5, que inicialmente debía pasar por Playa del Carmen pero que fue cambiado tras las quejas de hoteleros que temían que la obra y posterior infraestructura impactara en sus negocios, la actual desviación pasará por terrenos que contienen cuevas, cenotes y ríos subterráneos.
La modificación del trayecto despertó protestas de activistas de Greenpeace, así como de famosos como Eugenio Derbez y Kate del Castillo. Denuncian que la obra destruiría el sistema de ríos subterráneos más grande del mundo, y con ello su flora y fauna, algo que el presidente niega.
El Tren Maya es un proyecto prioritario en la agenda de López Obrador. Se han invertido unos 200.000 millones de pesos, es decir, alrededor de 10.000 millones de dólares para construir cerca de 1.554 kilómetros en los cinco estados del sureste: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.