Las esperanzas de contener lo que está sucediendo se basan en el hecho de que lo que pasa todavía es de un nivel relativamente bajo, en comparación con los peores escenarios de una guerra regional.
Los ataques estadounidenses y británicos contra los hutíes en Yemen no solo tienen que ver, como han sugerido los ministros en Londres, con la libertad de navegación y el comercio mundial.
Están directamente relacionados con los acontecimientos en Gaza y representan una escalada de la crisis que azota a la región.
Los hutíes inmediatamente prometieron responder. También es muy posible que las milicias proiraníes en Irak y Siria incrementen las acciones que están tomando contra las fuerzas estadounidenses en la región.
Si ese escenario se calienta más y las fuerzas estadounidenses toman represalias, será más difícil para el esfuerzo diplomático estadounidense evitar una guerra total entre Israel y Hezbolá, la milicia y el movimiento político libanés respaldado por Irán.
Los hutíes son también parte de la red de aliados y representantes, el llamado eje de resistencia, que Irán ha construido para brindarles una defensa avanzada contra sus enemigos.
Los hutíes están recibiendo armas cada vez más sofisticadas de Irán, pero es mejor pensar en ellos como aliados y no como representantes de Teherán.
Yo he pasado bastante tiempo con los hutíes en Yemen y son personas con una mentalidad muy independiente. Disfrutarán del conflicto con los estadounidenses.
Quieren ser parte de esta guerra. Lo que ha estado sucediendo conviene tanto a los hutíes como a la República Islámica del Irán.
Navegación internacional
Irán ha reforzado sus capacidades y el tipo de potencia de fuego que los hutíes tienen a su disposición. Eso incluye misiles antibuque, misiles balísticos que han disparado contra Israel y drones de ataque, del mismo tipo que Irán suministra a Rusia para usarlos contra Ucrania. Están bien armados.
Esto no se parece en nada a la capacidad naval que enfrentan por parte de Estados Unidos, Reino Unido y otros miembros de la coalición que los estadounidenses han reunido en el Mar Rojo. Pero la amenaza que representan los hutíes tiene menos que ver con el daño físico que podrían causar y más con el peligro para la navegación internacional.
En diciembre, secuestraron un barco y lo obligaron a entrar en uno de sus puertos. También han disparado directamente contra barcos y han causado algunos daños, aunque no han hundido a ninguno.
Las compañías navieras comerciales que quieren pasar sus valiosas cargas a través del estrecho de Mandeb en la desembocadura del Mar Rojo no quieren que fuerzas hostiles les disparen.
Debido a los riesgos, los costos de los seguros se dispararán, y es por eso que tantas compañías están optando ahora por desviarse a lo largo de la costa occidental de África y alrededor del Cabo de Buena Esperanza en lugar de utilizar el Canal de Suez, el atajo entre Asia y Europa que conecta barcos por el Mar Rojo a través del estrecho de Mandeb.
Acostumbrados a los ataques
Los hutíes controlan Saná, la capital de Yemen, y gran parte del país, incluida la costa del Mar Rojo, desde 2014. En 2015, Arabia Saudita lideró una coalición, que también incluía a Emiratos Árabes Unidos, que fue a la guerra para intentar derrocarlos.
Los sauditas dijeron que la intervención en la guerra civil de Yemen tenía como objetivo restablecer el gobierno legítimo e internacionalmente reconocido del país, que los hutíes habían derrocado.
Pero unos días después de que comenzara la intervención, conversé con sauditas de alto rango que me dijeron que era para impedir que Irán operara en su patio trasero. Yemen tiene frontera con Arabia Saudita.
Luego, los hutíes fueron bombardeados por los sauditas desde 2015 hasta que se alcanzó un alto el fuego hace más de un año, por lo que es poco probable que una nueva ronda de ataques los intimide: están acostumbrados.
No creo que una sola ronda de ataques aéreos vaya a hacer más que hacerles pensar que sí, que estamos en el camino correcto. Quieren ser vistos como una resistencia que no le teme a EE.UU. y sus aliados occidentales, que también respaldan a Israel.
Los hutíes dijeron que están llevando a cabo estos ataques en el Mar Rojo por la guerra en Gaza, la matanza de civiles y las graves privaciones que Israel ha impuesto al bloquear casi todos los alimentos y suministros de socorro que necesitan para sobrevivir.
Dijeron que si la guerra en Gaza terminara y si se permitiera la entrada de suministros, entonces no estarían amenazando una importante ruta marítima internacional.
Desafiantes e invictos
Algunos críticos del apoyo estadounidense y británico a Israel dicen que un alto el fuego inmediato en Gaza sería una manera mucho mejor de detener los ataques hutíes que bombardearlos.
Si los ataques hutíes continuaran después de un alto el fuego, el argumento es que los ataques aéreos contra ellos habrían aumentado su legitimidad.
Existe la posibilidad de que esta acción de EE.UU. y Reino Unido pueda prolongar o agravar la situación con los hutíes, en lugar de terminarla.
En noviembre pasado, cuando los hutíes dieron sus primeros pasos en la guerra de Gaza con sus primeros ataques a barcos mercantes frente a la costa de Yemen, conversé con Mohammed Ali Al Houthi, uno de los principales miembros de su organización.
Tenía una actitud muy desafiante entonces y estoy absolutamente seguro de que los hutíes seguirán teniéndola ahora.
Querrán realizar más ataques para demostrar que están desafiantes e invictos.
Los ataques de EE.UU. y Reino Unido afectaron muchos lugares diferentes. Si bien no es posible conocer la capacidad militar precisa de los hutíes, parece poco probable que una ronda de ataques los haya eliminado.
Los bombardeos regulares de los sauditas desde 2015 no parecen haber tenido un impacto significativo en su capacidad. Yemen es un país montañoso. Dada su experiencia de haber sido bombardeados, es probable que hayan intentado esconder cosas.
Es de suponer que Irán haya enviado asesores y entrenadores a Yemen para ayudarlos a operar las armas que les ha suministrado, y ellos también habrán pensado en formas de sobrevivir a los ataques.
Cuando los hutíes tomaron el control de un barco mercante el mes pasado, un video de su ataque mostró a comandos bien entrenados aterrizando desde un helicóptero. Son más formidables que las imágenes que vemos a menudo en la televisión, de grupos de hombres vestidos con harapos agitando Kalashnikovs.
En relación a la fuerza que pueden ejercer EE.UU. y Reino Unido, no hay comparación, pero ese no es el punto en este tipo de guerra.
Si los hutíes, que cuentan con partidarios en toda la región, son capaces de seguir amenazando y disparando contra los barcos de alguna manera, entonces indicarán a sus seguidores que no están doblegados por Occidente.