Horas después de la polémica coronación del rey Carlos III en la Abadía de Westminster el sábado, los fanáticos del fútbol del Liverpool durante un partido de la Premier League en Anfield dieron a mostrar su descontento.
Por Syed Zafar Mehdi
Hirviendo de furia, el ‘Ejército Rojo’ de los aficionados del Liverpool abucheó el himno nacional británico antes del partido contra el Brentford, lo que comprensiblemente no fue una sorpresa para muchos.
Abuchear a ‘God Save the Queen (en español: Dios Salve a la Reina)’, que ahora se ha convertido en ‘God Save the King (Dios Salve al Rey)’, es una característica habitual en Wembley, conocido como el estadio nacional de Inglaterra y el hogar del fútbol inglés.
Se había aconsejado a los clubes de fútbol británicos que tocaran el himno real antes del inicio de cada partido de la Premier League durante el fin de semana, incluido el Liverpool Football Club, para conmemorar la coronación.
En mayo del año pasado, el duque de Cambridge, el príncipe Guillermo, fue abucheado rotundamente por decenas de miles de aficionados al fútbol del Liverpool en Wembley durante la final de la Copa FA mientras estrechaba la mano de jugadores del Liverpool y del Chelsea antes del inicio del partido.
El sábado, los fanáticos enojados lo hicieron de nuevo, más vociferante esta vez, para enviar un mensaje contundente: la monarquía británica tiene menos seguidores hoy y los monárquicos han perdido su apoyo público.
Las imágenes virales mostraron a los jugadores de cada lado parados cerca del círculo central antes del inicio del partido mientras el himno nacional sonaba de fondo, acompañado de abucheos y burlas.
David Maddock, un reportero de fútbol del diario Daily Mirror, dijo en un tuit que los abucheos que reverberaban a lo largo del terreno fueron tan fuertes que ni siquiera sabía que se estaba reproduciendo el himno.
El club de Liverpool, según los informes, acordó tocar ‘God Save the King’ antes del partido del sábado, pero advirtió sobre las “opiniones firmes” de los fanáticos sobre el tema, refiriéndose a la coronación.
“Antes del inicio y en reconocimiento a la solicitud de la Premier League de marcar la coronación, los jugadores y funcionarios se congregarán alrededor del círculo central cuando se toque el himno nacional”, dijo el club en un comunicado el viernes.
“Es, por supuesto, una elección personal cómo marcan esta ocasión los de Anfield el sábado y sabemos que algunos seguidores tienen opiniones firmes al respecto”.
La pregunta es: ¿por qué los fanáticos del Liverpool abuchean el himno nacional británico? La respuesta está en la historia.
El abucheo del himno nacional en Liverpool se considera una forma de protesta antisistema desde principios de la década de 1980, a partir del mandato de la entonces primera ministra británica Margaret Thatcher.
Se cree que Liverpool pagó un alto precio por la desindustrialización de la economía británica en las décadas de 1970 y 1980, que también vio varios días de disturbios mortales en (el barrio de) Toxteth en la ciudad en julio de 1981.
Sin embargo, el desastre de Hillsborough en 1989 fue lo que selló la ya fracturada relación entre Liverpool y el sistema británico, asestándole un golpe mortal.
Según el sitio web oficial del club de fútbol Liverpool, al menos 97 niños, mujeres y hombres, todos fanáticos del fútbol, perdieron la vida como resultado del desastre durante la semifinal de la Copa FA entre Liverpool y Nottingham Forest en el estadio de Hillsborough el 15 de abril de 1989.
“Después de una campaña incansable liderada por familias en duelo y sobrevivientes, en 2012 el Tribunal Superior anuló los veredictos originales de muerte accidental y ordenó nuevas investigaciones, que se convertirían en las más largas en la historia legal británica”, se lee en el informe publicado en el sitio web.
El mes pasado, familiares y sobrevivientes en duelo celebraron el 34 aniversario del mayor desastre deportivo y hablaron de cómo el sistema legal del país les había fallado.
Según una investigación realizada entre 2014 y 2016, personas murieron en el trágico incidente debido a la negligencia grave del comandante de policía de South Yorkshire, David Duckenfield. Los fanáticos del Liverpool no tuvieron ningún papel que jugar en eso.
Sin embargo, en diciembre de 2019, Duckenfield fue absuelto escandalosamente de los cargos de homicidio por negligencia grave, mientras que las víctimas fueron culpadas de la tragedia.
Tony Guess, residente de Liverpool, en una publicación de Twitter el domingo, criticó al nuevo rey británico.
“¿Dónde estaba él cuando los Tories dijeron sobre el declive controlado sobre el Liverpool? ¿Dónde estaba él cuando 97 fanáticos del Liverpool murieron y fueron culpados por sus muertes? ¿Dónde estaba él cuando los niños y las familias se mueren de hambre y pasan frío debido al costo de vida?”, escribió.
“Respeto a todos los hinchas del Liverpool que abuchearon el himno. Ya no estamos en el siglo XVII. Somos libres y no pertenecemos a nadie. Saludos a los fanáticos del Liverpool”, escribió otro usuario de Twitter, Lakshmi Naarayanan.
Al margen del evento de coronación en Londres el sábado, varios activistas antimonárquicos fueron arrestados, incluido un líder de un grupo de campaña republicano, mientras coreaban “No es mi rey”.
“Esta mañana, [el director ejecutivo] Graham Smith y cinco miembros de nuestro equipo fueron arrestados. Se incautaron cientos de pancartas”, escribió el grupo en Twitter. “¿Esto es democracia?”
En un comunicado el domingo, después de su liberación, Smith emitió un comunicado en el que decía que los policías británicos “deberían agachar la cabeza avergonzados” por no mostrar “ningún juicio, sentido común ni decencia básica”.
“Esta fue una acción de mano dura que tuvo la apariencia de un arresto predeterminado que habría ocurrido independientemente de la evidencia o de nuestras acciones”, escribió.
“El derecho a protestar pacíficamente en el Reino Unido ya no existe. En cambio, tenemos la libertad de protestar que depende de las decisiones políticas que tomen los ministros y los altos funcionarios de la policía”.
También se llevaron a cabo protestas contra la monarquía en Cardiff, Glasgow y Edimburgo.