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Los neonazis y la extrema derecha de Maidán (Ucrania).

Si queremos acceder a información analizada objetivamente debemos retrotraernos hace casi 10 años atrás, el levantamiento de Maidán en Ucrania suceso que se uso para derrocar al presidente Viktor Yanukovych, ante la complicidad de occidente.

Maidán es un termino de origen persa, asume ese nombre  la Plaza de la Independencia de Kiev (golpe de estado y disturbios entre 2013 y 2014 y marchas neonazis 2017).

Gobiernos, políticos y analistas en Estados Unidos y Europa no solo celebraron y fomentaron el levantamiento como un triunfo de la democracia, sino que negaron sistemáticamente los informes sobre el ultranacionalismo de Maidán, la difamación a quienes sostuvimos y denunciábamos sobre la otra cara del levantamiento .Nos tildaban como que éramos pagos o manejados por Moscú.

Hoy son cientos de informes y denuncias de violencia de extrema derecha, ultranacionalismo y vedadas las libertades básicas desmienten la euforia inicial de Occidente que le dio al Maidán.

Hay grupos neonazis contra todo lo que subvierta las ideas mas reaccionarias y violentas que un ser humano pueda imaginar , ataques desenfrenados contra feministas y grupos LGBT, prohibiciones de libros y glorificación a estos grupo.

Todo patrocinado por el estado Ucraniano en coordinación con  sus colaboradores nazis.
Estas historias del oscuro nacionalismo de Ucrania no es información que distribuye  Moscú; están siendo presentadas por los medios de comunicación occidentales , incluida Radio Free Europa (RFE), financiada por EE.UU.; organizaciones judías como el Congreso Judío Mundial y el Centro Simón Wiesenthal ; y organismos de control como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Freedom House. Se emitió un informe https://www.hrw.org/news/2018/06/14/ukraine-investigate-punish-hate-crimes advirtiendo que se  estaba perdiendo el monopolio del uso de la fuerza en el país debido a que los grupos de extrema derecha gozaban de total  impunidad.

Ucrania se convirtió luego de los sucesos de Maidán en la única nación del mundo que tiene una formación neonazi en sus fuerzas armadas.

El Batallón Azov se formó inicialmente a partir de la banda neonazi Patriota de Ucrania  y Andriy Biletsky  se convirtió en el comandante del Batallón Azov.

Actualmente es líder del partido ultra derechista Cuerpo Nacional. En el otoño de 2014, el Batallón Azov, es acusado de abusos contra los derechos humanos, incluida la tortura, por Human Rights Watch y las Naciones Unidas , una movida gubernamental lo incorporó a la Guardia Nacional de Ucrania.

Si bien el grupo niega oficialmente cualquier conexión neonazi, la naturaleza de Azov ha sido confirmada por varios medios occidentales: The New York Times llamó al batallón «abiertamente neonazi», mientras que USA Today , The Daily Beast , The Telegraph y Haaretz documentaron al grupo.

La tendencia de los miembros a las esvásticas , saludos y otros símbolos nazis, y los combatientes individuales también han reconocido ser neonazis.

Estos datos son irrefutables de que Ucrania camino desde hace años hacia la intolerancia, pero deberían ser suficientes para señalar lo obvio: la decisión de Washington de ignorar la proliferación de grupos neonazis armados en una nación altamente inestable solo los llevó a ganar más poder.

Este resultado fácilmente predecible contrasta marcadamente con el entusiasmo de Washington por la “Revolución de la Dignidad”. “ El nacionalismo es exactamente lo que Ucrania necesita ”, proclamó un artículo de New Republic de la historiadora Anne Applebaum, cuya celebración del nacionalismo salió a la luz justo cuando Ucrania dio luz verde a la formación de paramilitares de supremacía blanca. Apenas cuatro meses después del ensayo de Applebaum, Newsweek publicó un artículo titulado » Voluntarios nacionalistas ucranianos cometiendo crímenes de guerra al ‘estilo ISIS’ «.Los jefes de política exterior de Washington  DC han negado o celebrado la influencia de la extrema derecha de Ucrania. (Curiosamente, los mismos analistas denuncian a gritos el creciente nacionalismo en Hungría, Polonia e Italia como altamente peligroso). Tal vez los expertos se engañaron a sí mismos al pensar que la fase de extrema derecha de Kiev se auto depuraría sola. Lo más probable es que simplemente adoptaron la estrategia de Washington DC de «el enemigo de mi enemigo es mi amigo».

De cualquier manera, las ramificaciones se extienden mucho más allá de Ucrania.

El respaldo de Estados Unidos al levantamiento de Maidán, junto con los miles de millones que Washington DC  inyecto en  Kiev posterior a Maidán, lo dejan claro: a partir de febrero de 2014, Ucrania se convirtió en el último proyecto de difusión de la democracia de Washington. Lo que permitió a Ucrania tener luz verde a los demás.

Al permitir y aceptar bandas y batallones neonazis, la distorsión del Holocausto dirigida por el estado y los ataques contra LGBT y los romaníes(gitanos), Estados Unidos le está diciendo al resto de Europa: “Estamos bien con esto”. Las implicaciones, especialmente en un momento de un renacimiento global de la extrema derecha, son profundamente perturbadoras.

Esta es la historia que muchos no saben o no conocen por estas tierras.

Por: Juan Carlos Blanco

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