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Los Verdes alemanes pueden convertirse en el primer partido ecologista que dirija un gobierno europeo. Su líder, Annalena Baerbock, se perfila como favorita para suceder en el cargo a la Canciller conservadora, Angela Merkel.
A menos de cinco meses de las legislativas, los Verdes y su jefa de filas encabezan los últimos sondeos de opinión celebrados en Alemania, ligeramente por encima de los conversadores de la CDU-CSU (Unión Cristiano Demócrata-Unión Cristiano Social), y con una amplia ventaja sobre el alicaído Partido Social Demócrata (SPD).
Cuatro meses es una eternidad en política, pero en el país más poderoso de Europa, el que durante años impone a sus socios —y a la Unión Europea— la conducta económica y presupuestaria a seguir, a nadie sorprende ni escandaliza ya que Die Grünen puedan regir los destinos de Alemania.
En Europa, las diferentes formaciones ecologistas de cada país donde esa formación tiene representación parlamentaria, tienen características adaptadas a la situación local. Aunque la mayoría se crearon desde posiciones de izquierda o extrema izquierda, no se les puede considerar como un bloque ideológicamente definido.
Gobernar con todos, menos con la derecha nacionalista
El caso alemán es un modelo sui generis que ha ido evolucionando desde posiciones radicales. Hoy los ecologistas están abiertos a gobernar en coalición tanto con la derecha merkeliana, como con socialdemócratas o, incluso, con los liberales del FDP (Partido Alemán de la Libertad). Una posición central que se disputa con el partido de Angela Merkel, la Canciller que en septiembre dirá adiós a la política activa, tras 16 años de mandato.
Que los ecologistas lideren las preferencias de la opinión confirma que en la organización los ‘realistas’ mantienen la dirección frente a los fundis, o fundamentalistas, más a la izquierda y algo más radicales en sus propuestas ecológicas. Convalida también que los Verdes es ya considerado como un ‘partido de gobierno’, y no un asociado ‘junior’ de las formaciones tradicionales que han dirigido el país desde 1945.
El sistema electoral alemán tiende a forzar la gobernabilidad del país en coalición. Por eso, si el partido de Anna Baerbock vence el próximo 26 de septiembre tendrá varias opciones para dirigir:
en coalición con la derecha (CDU-CSU);
en un tripartido con los anteriores más los liberales,
o coaligados con socialdemócratas y el partido a su izquierda, Die Linke (La izquierda, en alemán).
Todas las variables son posibles y solo un partido quedaría fuera de las negociaciones para formar gobierno con los ecologistas, los nacionalpopulistas de Alternativa para Alemania (AFD).
Annalena Baerbock, líder del partido de los Verdes de Alemania
Infraestructuras pagadas con impuestos y la tasa de los ricos
En el programa presentado el pasado enero por los Verdes, destaca la intención de invertir 50.000 millones de euros en infraestructuras verdes y empresas de nuevas tecnologías, financiado con un aumento de los impuestos a los salarios más elevados y una tasa sobre la fortuna (ingresos por encima del medio millón de euros al año). Además, la ayuda familiar pasaría de 250 a 528 euros al mes y se pondría fin a la exigencia de aceptar el primer empleo propuesto a los parados.
En el contexto actual de pandemia, el pasado rigor presupuestario defendido por Berlín en el Viejo Continente ha saltado por los aires y el keinesianismo ya no ofrece resistencia ni entre los liberales del FDP. El excedente presupuestario de Alemania se lo puede permitir.
Aplausos de sindicatos y empresarios
EL programa de los ecologistas ha sido elogiado, como era de esperar, por la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB). Pero, no solo. En un sondeo realizado entre 1.500 jefes de empresa, un 26 por ciento afirma que votarán por Annalena Baerbock, antes que por los conservadores o los liberales.
Fuera del país, Christine Lagarde, exdirectora general del FMI y hoy presidenta del Banco Central Europeo, ha saludado “el compromiso de la joven líder alemana con la protección del medio ambiente. La fecha de 2030 es el límite fijado por los ecolopolíticos para abandonar los motores térmicos de automóviles y la explotación de carbón, una de las grandes industrias del país en el momento actual.
Rusia y China, enemigos
Las llamadas élites de Alemania y de Europa aplauden a una joven líder (40 años) que, si bien de pequeña era llevada en brazos por sus padres a las manifestaciones contra los misiles norteamericanos Pershing II, hoy dirige un partido despojado de sus orígenes antimilitaristas, sin tampoco llegar a un apoyo decidido a las pretensiones francesas de la Europa de la Defensa. Bajo el paraguas norteamericano y de la OTAN (pleonasmo), los Verdes actuales no parecen disconformes.
En política exterior, los ecologistas ponen el foco en dos puntos para ellos transcendentales: la cancelación del contrato Nord Stream 2 con Rusia, y el boicot a la empresa china Huawei para dotar al país de las redes de comunicación 5G. Lo enemigos están señalados.