Estos campamentos de indigentes están a pocos metros del edificio del Capitolio de Washington. Este es un día normal en la “Capital del Imperio”. Se supone que aquí se elaboren las políticas que tendrán impacto global, no obstante, aquí en casa propia la realidad tiene otro color.
El desacuerdo de los ciudadanos no sorprende. Las mismas instituciones detrás de estas empalizadas de acero son las responsables de que alrededor de medio millón de estadounidenses duerman a la intemperie cada noche.
Asimismo, son responsables de los casi 50 millones de ciudadanos viviendo en el umbral de la pobreza, en el país que autodenomina el más rico del planeta.
Desempleo, la persistente brecha económica, el alza en el costo de vida, violencia armada, brutalidad policial, derechos electorales, entre otros contribuyen a que Reuters afirme que más del 56 % de los estadounidenses desaprueben la actual administración.
La interseccionalidad de los distintos movimientos sociales en Estados Unidos pone en manifiesto el profundo cansancio y rechazo de la ciudadanía ante lo que ellos denominan “Medidas Antisociales” e injustas de la actual administración.
Pero también persiste el recuerdo y la herencia de la Administración Republicana de Donald Trump, en donde los ciudadanos, las mujeres, los niños, los trabajadores equivalían a una ciudadanía de tercera clase.
Marcelo Sánchez, Washington