Los dirigentes de Malí, Burkina Faso y Níger firmaron una carta para crear una alianza de los Estados del Sahel para la defensa colectiva, informó el presidente de la transición maliense, Asimi Goita.
“Hoy [16 septiembre] firmé con los jefes de Estado de Burkina Faso y Níger la Carta de Liptako-Gourma que instituye la Alianza de los Estados del Sahel [AES] para lograr los objetivos de la creación de una arquitectura de defensa colectiva y de la asistencia mutua en beneficio de nuestras poblaciones”, publicó Goita en su cuenta de la red social X.
El mandatario de Malí adjuntó tres fotos donde se le puede ver suscribiendo el documento acompañado del presidente del periodo de transición de Burkina Faso, Ibrahim Traore, y del líder de la junta militar de Níger, el general Omar (Abdourahamane) Tchiani.
“Todo atentado a la soberanía y a la integridad territorial de una o más partes contratantes será considerado como una agresión a las otras partes e implicará la obligación de asistencia y auxilio de todas las partes, de forma individual o colectiva, incluido el uso de la Fuerza Armada para restablecer y garantizar la seguridad dentro del espacio cubierto por la Alianza”, dice el Artículo 6 de la Carta de Liptako-Gourma que instituye la AES.
El Artículo 8 establece que “las partes se comprometen a no recurrir entre sí a la amenaza, el uso de la fuerza o la agresión, ya sea contra la integridad territorial o la independencia política de una parte; no bloquear puertos, caminos, costas o infraestructura estratégica de una parte por las Fuerzas Armadas; no perpetrar, desde un territorio puesto a disposición por una parte, ataques o agresiones contra otra parte o terceros Estados; no permitir que grupos armados, fuerzas armadas irregulares o mercenarios usen el territorio de una parte para perpetrar ataques para contra un país de la región”.
Malí vive desde 2012 un conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales y varios grupos separatistas e islamistas. La situación en el país se agravó tras el estallido de la crisis en Libia, provocada por el derrocamiento de Muamar Gadafi en 2011.
A finales de septiembre de 2022, un grupo de soldados en Burkina Faso, liderados por Traore, anunció la destitución del jefe de la transición del país, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, la suspensión de la Constitución y la disolución del Gobierno.
El pasado 26 de julio, un grupo de oficiales integrados en el Consejo Nacional por la Salvaguarda de la Patria (CNSP) proclamaron la destitución del presidente de Níger, Mohamed Bazoum, alegando “el continuo deterioro de la situación de seguridad” y la “mala gobernanza económica y social”. El 28 de julio se anunció que el general Tchiani, excomandante de la guardia presidencial, asume la jefatura del CNSP y las funciones de “presidente de transición” en Níger.
Numerosos países y organismos internacionales condenaron en términos enérgicos el golpe militar en Níger, suspendieron sus programas de cooperación con el país africano y exigieron la restitución del orden constitucional.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental ordenó el 10 de agosto activar y desplegar su fuerza de reserva para una posible intervención militar en Níger.