Los franceses vuelven a tomar este jueves las calles en el marco de una ola de protestas en rechazo de la reforma de las pensiones, aprobada por el presidente Emmanuel Macron, la que busca, entre otros, aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años. Las manifestaciones se producen un día antes del esperado veredicto del Consejo Constitucional sobre la legalidad del proyecto de ley.
Según la Confederación General del Trabajo (CGT), hasta el millón y medio de personas participaron en las 250 protestas de hoy, durante las que se registraron enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en París, y muchas otras ciudades, como Rennes, Nantes y Lyon.
Como se observa en los vídeos publicados en las redes sociales, los manifestantes se enfrentaron intensamente con la policía. Los agentes de la policía lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Y en respuesta, los manifestantes lanzaron cócteles molotov contra los agentes de la Policía.
De acuerdo con un informe de la Policía francesa, se produjeron 38 detenciones durante la jornada, y por lo menos 10 agentes han resultado heridos por proyectiles como adoquines o piedras en las marchas de París.
Desde el 19 de enero, los sindicatos llevan organizando protestas masivas contra la controvertida reforma del sistema de pensiones. Las movilizaciones populares aumentaron en intensidad a mediados de marzo, cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, lo adoptó por decreto para evitar perder el voto en el Parlamento.
Las últimas movilizaciones estuvieron marcadas por disturbios y choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad en las grandes ciudades, razón por la cual se han registrado cientos de detenidos y heridos entre manifestantes y agentes policiales, respectivamente.