El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, da una entrevista en la residencia estatal de Gorki, Rusia, 25 de enero de 2022. (Foto: Reuters)
Dmitri Medvedev fustiga al régimen de Ucrania por ejercer terrorismo al atacar a la población civil y dice que debe ser destruido por completo.
“Este es un acto de terrorismo, y no hay otra manera de calificarlo. Si es un acto de terrorismo, solo hay una forma de responderlo. Ningún país puede permitirse negociar con terroristas, los terroristas deben ser destruidos”, enfatizó el jueves, en alusión a una serie de ataques con drones llevados a cabo recientemente por Kiev contra Moscú y las regiones fronterizas de Rusia, según informó la agencia oficial de noticias TASS.
Medvedev, quien funge como el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, detalló que los ataques ucranianos a zonas residenciales e infraestructuras rusas son “absolutamente terroristas”. Estas no son acciones militares ni siquiera “encajan con las reglas de la guerra”, insistió.
Luego se preguntó sobre qué propósito podrían tener tales ataques y respondió “dañar a la población civil”. “Causar daños a la población civil y solo eso, porque esos medios de destrucción, esos drones que se utilizaron, no pueden dañar ni instalaciones militares ni edificios de la Administración Pública”, argumentó.
La revista estadounidense Newsweek revela que las fuerzas ucranianas en guerra contra Rusia utilizan los mismos métodos que usaban los terroristas de Daesh en Siria.
Señaló también que el hecho de que el régimen de Ucrania se comporte “como un terrorista caracteriza de manera muy específica a quienes están detrás de él, en primer lugar, a los estadounidenses y los europeos”.
Hizo hincapié en que Rusia debe tomar “represalias más duras posibles” contra los actos terroristas de Ucrania.
Rusia ha frustrado recientemente varios ataques con vehículos aéreos no tripulados de Ucrania contra zonas residenciales en algunas de las ciudades rusas.
La última serie de incidentes relacionados con drones se produjeron luego que, a principios de mayo, Moscú denunciara que Ucrania había intentado atacar la residencia del presidente, Vladímir Putin, en el Kremlin con dos drones. No hubo víctimas por el incidente. Los drones fueron interceptados y destruidos.
