El presiente de Argentina, Javier Milei
El presidente de Argentina ha formalizado la renuncia al ingreso del país sudamericano al bloque de los BRICS, que debía hacerse efectivo el próximo 1 de enero.
En un nuevo golpe de timón a la política exterior de Argentina, el presidente Javier Milei ha enviado sendas misivas a sus homólogos de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, actuales miembros del organismo internacional, en la cual subraya que “no considera oportuna la incorporación de la República Argentina a BRICS como miembro pleno a partir del 1 de enero de 2024”.
Según fuentes de la Cancillería argentina citadas por el diario Clarín, el jefe de Estado subraya en su mensaje que “la impronta en materia de política de exterior del gobierno que presido desde hace pocos días difiere en muchos casos de la del Gobierno precedente”.
En la nota enviada a los mandatarios, el Gobierno argumentó que “algunas decisiones tomadas por la anterior gestión serán revisadas, entre ellas, se encuentra la creación de una unidad especializada para la participación activa del país en BRICS”.
El 23 de agosto último, en la XV cumbre de BRICS celebrada en Sudáfrica, los líderes de este bloqueo económico anunciaron la decisión de incluir a seis nuevos países en la membresía: Irán, Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Desde ese entonces, el entonces candidato presidencial Javier Milei ya había manifestado su rechazo del ingreso al organismo, al subrayar que su “alineamiento de geopolítica es Estados Unidos e Israel”.
No obstante, tras rechazar el ingreso al grupo de los BRICS, el mandatario argentino ha remarcado en las cartas que seguirá manteniendo vínculos comerciales con los cinco miembros plenos del bloque.
“Deseo destacar el compromiso de mi gobierno con la intensificación de los lazos bilaterales con su país, en particular el aumento de los flujos de comercio e inversión”, ha dicho en cada una de las misivas enviadas.
Con Javier Milei a la cabeza, la política exterior de Argentina ha dado un giro radical, alineada a los intereses geopolíticos de Estados Unidos y el régimen israelí, postura que ha generado advertencias de países como Venezuela, Rusia y China.