Un activista advierte que el mundo se hundirá en caos y guerra si Occidente sigue bombeando armas letales a Ucrania, en violación del derecho internacional.
Danny Haiphong, periodista residente en Estados Unidos y activista de la campaña internacional No a la Guerra Fría, advirtió el jueves, en una sesión informativa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre los peligros que la militarización de Ucrania por parte de Occidente representa para la paz y la estabilidad mundiales.
“Los países de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] han proporcionado más de 40 000 millones de dólares en armas a Ucrania durante el conflicto, y hemos sido testigos de cómo estas armas se vuelven más pesadas, mortíferas y provocativas, lo que obstaculiza la posibilidad de una solución negociada al conflicto”, dijo.
Advirtió sobre el peligro que representan para el mundo muchas de las armas occidentales enviadas a Ucrania que han terminado en el mercado negro, en manos de carteles de la droga, organizaciones criminales y “elementos neonazis y fascistas, muchos de los cuales ahora forman parte de las fuerzas armadas ucranianas”.
EE.UU. busca la continuación de la guerra en Ucrania ya que los intereses económicos de Wall Street necesitan continuamente la guerra, según un analista.
Hizo hincapié en que las masivas ventas de armas occidentales a Ucrania violan la Carta de las Naciones Unidas, al tiempo que hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad a asumir su responsabilidad de mantener la paz y la estabilidad internacionales, y actuar ante las violaciones en curso del derecho internacional.
“Estados Unidos y sus socios occidentales deben aprender a operar dentro del marco del derecho internacional al igual que todos los demás Estados miembros o el mundo se enfrentará a la continua amenaza de inestabilidad y guerra”, enfatizó Haiphong.
Al inicio de la reunión, la alta representante de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, expresó su profunda preocupación sobre el aumento significativo de las transferencias de armas y municiones al país eslavo, entre ellas municiones prohibidas en racimo.
Rusia, que lleva a cabo una operación militar en Ucrania desde febrero de 2022, ha condenado repetidamente las entregas de armas occidentales al país eslavo, argumentando que solo prolongarán la guerra, pero no impedirán que Moscú logre sus objetivos.
También, el Kremlin argumenta que el suministro de armas, el intercambio de inteligencia y el entrenamiento de las tropas de Ucrania ya significa que Estados Unidos y sus aliados forman partes del conflicto.