Es precisamente la posibilidad de que Israel frene o no la guerra antes de que entre en Rafah lo que genera gran discusión dentro del Ejecutivo. El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha asegurado que Netanyahu le ha prometido, tras reunirse este martes con él, que no pondrá fin a la guerra y entrará en la ciudad del sur del enclave.

“Ha prometido que Israel entrará, ha prometido que la guerra no terminará y que no habrá ningún acuerdo inapropiado”, ha asegurado en un vídeo que ha publicado a través de sus redes sociales. “Le doy la bienvenida a todo esto. Creo que el primer ministro entiende muy bien lo que significará si esto no sucede“, ha celebrado.

Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, ha criticado las palabras de Gvir, ha pedido su dimisión y ha dicho que Israel es un “rehén de locos irresponsables”, en referencia a los dos partidos ultranacionalistas que se oponen a un acuerdo para la liberación de los rehenes. “No puedes seguir así. Un ministro con antecedentes penales (Ben Gvir) está en la Oficina del primer ministro y le amenaza con consecuencias si no hace lo que le dice. Ben Gvir le dice (así) al mundo entero y a toda la región que Netanyahu es débil y que trabaja para él. Es increíble que no lo despidan en el acto”, ha dicho en la red social X.

La localidad de Rafah alberga actualmente a más de un millón de palestinos, tras convertirse en el lugar de refugio de buena parte de la población de la Franja que huyó del norte, como pidió el Gobierno israelí. La decisión de continuar la ofensiva en este territorio no solo puede afectar a un futuro acuerdo de alto el fuego, sino que los propios aliados israelíes han criticado en reiteradas ocasiones esta decisión. Estados Unidos y otros países occidentales alineados con las tesis israelíes rechazan que existan las condiciones para que se produzca un ataque en la localidad de Rafah sin afectar a la población civil y crear un desastre humanitario mayor del que ya existe.

Desde que comenzó el ataque israelí sobre Gaza como respuesta al atentado de Hamás del 7 de octubre, han muerto a causa de esta ofensiva más de 34.500, según datos de las autoridades de Gaza controladas por la organización islamista. Además, el balance de heridos es de 77.704 personas y la cifra de desaparecidos supera ya los 7.000 gazatíes.