Desde hace un día todas las miradas apuntaba a la cúpula de Hamás, que asegura estar valorando la propuesta de alto el fuego presentada por Israel. Varios países occidentales y miembros de las negociaciones han reconocido que se trata de la mejor propuesta hasta la fecha, donde se incluye una pausa de 40 días y el intercambio de rehenes por presos palestinos que están en manos de Israel. Hamás pide el fin inmediato de la ofensiva, algo que Netanyahu ha dejado claro este martes que no ocurrirá. El primer ministro israelí ha asegurado que el Ejército israelí entrará en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza, “con o sin acuerdo” de tregua.
“La idea de que pararemos la guerra antes de alcanzar todos sus objetivos está fuera de toda discusión“, así de contundente ha sido el mandatario durante una reunión con familiares de secuestrados y víctimas del ataque del 7 de octubre. Los mandatos a lo que hace referencia el líder israelí son el regreso de todos los rehenes, acabar con la fuerza militar de Hamás y lograr que Gaza deje de ser una “amenaza” para Israel. “Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamás allí, con o sin acuerdo”, afirmó
Es precisamente la posibilidad de que Israel frene o no la guerra antes de que entre en Rafah lo que genera gran discusión dentro del Ejecutivo. El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha asegurado que Netanyahu le ha prometido, tras reunirse este martes con él, que no pondrá fin a la guerra y entrará en la ciudad del sur del enclave.
“Ha prometido que Israel entrará, ha prometido que la guerra no terminará y que no habrá ningún acuerdo inapropiado”, ha asegurado en un vídeo que ha publicado a través de sus redes sociales. “Le doy la bienvenida a todo esto. Creo que el primer ministro entiende muy bien lo que significará si esto no sucede“, ha celebrado.
Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, ha criticado las palabras de Gvir, ha pedido su dimisión y ha dicho que Israel es un “rehén de locos irresponsables”, en referencia a los dos partidos ultranacionalistas que se oponen a un acuerdo para la liberación de los rehenes. “No puedes seguir así. Un ministro con antecedentes penales (Ben Gvir) está en la Oficina del primer ministro y le amenaza con consecuencias si no hace lo que le dice. Ben Gvir le dice (así) al mundo entero y a toda la región que Netanyahu es débil y que trabaja para él. Es increíble que no lo despidan en el acto”, ha dicho en la red social X.
La localidad de Rafah alberga actualmente a más de un millón de palestinos, tras convertirse en el lugar de refugio de buena parte de la población de la Franja que huyó del norte, como pidió el Gobierno israelí. La decisión de continuar la ofensiva en este territorio no solo puede afectar a un futuro acuerdo de alto el fuego, sino que los propios aliados israelíes han criticado en reiteradas ocasiones esta decisión. Estados Unidos y otros países occidentales alineados con las tesis israelíes rechazan que existan las condiciones para que se produzca un ataque en la localidad de Rafah sin afectar a la población civil y crear un desastre humanitario mayor del que ya existe.
Desde que comenzó el ataque israelí sobre Gaza como respuesta al atentado de Hamás del 7 de octubre, han muerto a causa de esta ofensiva más de 34.500, según datos de las autoridades de Gaza controladas por la organización islamista. Además, el balance de heridos es de 77.704 personas y la cifra de desaparecidos supera ya los 7.000 gazatíes.