El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, mantuvieron el sábado una reunión con Luo Zhaochi, titular de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Cidca), con el objetivo de estrechar las relaciones bilaterales.
“Nosotros les damos la bienvenida una vez más, ellos [delegación de China] llegaron ayer al mediodía ingresaron a Nicaragua y han estado recorriendo el país, han tenido reuniones con varias instituciones que tienen que ver con programas, con proyectos para la vida, para la paz, eso es lo que perseguimos en estas relaciones fraternas entre la República Popular China y Nicaragua”, dijo Ortega.
En la reunión, que tuvo lugar en la capital nicaragüense, Managua, se personaron los titulares de Hacienda y Crédito Público, de Transporte e Infraestructura, de Energía, así como altos representantes de empresas estatales del país centroamericano, que junto a la delegación china, abordaron diversos temas de interés común, como educación, agrícolas e infraestructura.
En esta oportunidad, Nicaragua y China firmaron un acuerdo para un proyecto de rehabilitación de 150 megavatios de energía térmica, que tendrá el apoyo del gigante asiático.
“El encuentro reafirma la hermandad entre el Gobierno de la República Popular China y el Gobierno de Nicaragua”, destacó el Ejecutivo nicaragüense, según medios.
Además, China llevará a cabo un estudio de factibilidad sobre la segunda fase del programa “Nuevas Victorias”, un programa de viviendas se va a desarrollar durante tres años, en tres etapas. “Nuevas Victorias es un programa que incluye la construcción de 12 034 viviendas en 84 (de los 153) municipios, en 15 departamentos y dos regiones autónomas” de Nicaragua, como dijo el titular nicaragüense de Transporte e Infraestructura.
Nicaragua y China firmaron en diciembre de 2021 el afianzamiento de los nexos diplomáticos después de que en 1990 la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro los rompió, reconociendo a Taiwán. De hecho, en 2021 el Gobierno de Ortega, que desde 2007 mantenía nexos tanto con Pekín como Taipéi, cortó las relaciones con este último, reconociendo que en el mundo “solo existe una sola China”.