Daniel Noboa, no aparecía entre los principales candidatos a la victoria, pero este domingo consumó la sorpresa y ganó las elecciones presidenciales extraordinarias de Ecuador. Se impuso en la segunda vuelta a Luisa González, la candidata presidencial del “correísmo”.
Más de 13 millones de personas estaban llamadas a votar en la segunda vuelta de las presidenciales (la primera fue en agosto). La jornada logró una participación del 82,33%, en un día que transcurrió con normalidad y sin incidentes graves. Noboa se hizo con un 52% de los votos.
De sólo 35 años, es un empresario y exasambleísta, heredero de una de las familias más ricas de Ecuador. Cuando jure el cargo se convertirá en la persona más joven de la historia del país en alcanzar la presidencia. Ha conseguido lo que se le resistió a su padre, el magnate del sector bananero Álvaro Noboa, que fue cinco veces candidato presidencial durante su carrera política y en las cinco fracasó.
Las familias eligieron el Nuevo Ecuador, eligieron un país con seguridad y empleo”
Los ecuatorianos han votado bajo la presión de la violencia: las tasas de criminalidad no dejan de crecer. Los mismos comicios de agosto llegaron manchados por la sangre de Fernando Villavicencio, el candidato a la presidencia del partido Construye que fue asesinado a tiros en Quito.
“Hemos hecho historia, las familias eligieron el Nuevo Ecuador, eligieron un país con seguridad y empleo”, decía Daniel Noboa a poco de conocerse los resultados que confirmaron su victoria.
En aquella entrevista, Claudia Maniscalco preguntó a Noboa por las medidas que tomaría para controlar la violencia en caso de llegar a la presidencia. “En primer lugar consultaría a la Corte Constitucional si estamos en estado de guerra, porque de acuerdo al detalle se cumplen las condiciones de una guerra. Estamos contra grupos narcoterroristas, con otros principios y fines, pero similar a lo que pasó con ETA en España. Son enemigos del Estado”, fue su respuesta.
Durante la campaña, Noboa habló de un plan, el plan Fénix de seguridad. A través de éste quiere implementar una central de Inteligencia y al tiempo invertir en armamento y defensa de las fuerzas del orden. Pretende dotarles de uniformes de alta resistencia a las balas, chalecos con panel de cerámica, cascos integrales con protección de máximo nivel, pistolas de precisión, rifles de última generación y hasta equipos de visión nocturna para proteger las 24 horas.
Para la palpable crisis carcelaria, el nuevo mandatario ha prometido acelerar procedimientos judiciales, a la vez que se garantice un juicio rápido y justo. Quiere mejorar las infraestructuras para que las cárceles ganen en higiene y seguridad, y mejorar la formación y capacitación del personal penitenciario. En campaña sorprendió con su propuesta de alquilar cárceles barcazas con capacidad para entre 300 y 400 presos, que costarían 8 millones de dólares al año.
En la lucha contra la inseguridad ha propuesto un apunte sobre el consumo de drogas. Quiere eliminar la tabla de consumo de drogas, creada en 2013, en la que se establecen las cantidades máximas que puede llevar encima una persona consumidora sin que se considere traficante.
Los delitos cibernéticos parecen preocuparle. Se propone destinar recursos de modo que el sistema judicial y las fuerzas de seguridad tengan la capacidad de combatir de la mejor manera posible los delitos cibernéticos, prevenir brechas de seguridad y garantizar el respeto a la privacidad de los ecuatorianos.