Analistas consultados por South China Morning Post abordaron los problemas principales, como las disputas diplomáticas sobre la isla de Taiwán, la supuesta violación de los DD.HH. en la región de Xinjiang y el futuro de las relaciones entre el gigante asiático y Occidente
China podría tener que adoptar un nuevo enfoque en su relación con Europa, aunque no es probable que incluya una postura más suave en los desafíos a sus “líneas rojas”, afirmaron este sábado varios analistas a South China Morning Post. Señalaron que se espera que Pekín siga impulsando una mayor cooperación con la Unión Europea, a pesar de las crecientes tensiones con el bloque por cuestiones como la pandemia y los derechos humanos.
Grzegorz Stec, analista del Instituto Mercator de Estudios sobre China, en Berlín, subrayó que es posible que el gigante asiático tenga que hacer más esfuerzos para mejorar los vínculos en un momento de incertidumbre, ya que Alemania, Francia y Hungría se dirigen a elecciones. “Las próximas elecciones son piezas de un rompecabezas más amplio, que es el proceso en curso de reajuste de la política de la UE con respecto a China”, dijo.
“Independientemente de los resultados electorales, China tendría que proponer a la UE una nueva visión de las relaciones si quiere revitalizar sus vínculos con el bloque”, señaló, agregando que “tratar de mantener el ‘statu quo’ insistiendo en etiquetar las relaciones UE-China como una ‘asociación estratégica integral’ y hablar de boquilla de la autonomía estratégica europea no será suficiente“.
Isla en disputa
Según Sun Qi, especialista en relaciones internacionales de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái, la relación entre Pekín y Occidente se enfrenta a un cambio “sin precedentes”.
“China no dudará en contraatacar –incluso con sanciones económicas– a los miembros de la UE que sigan a EE.UU. en el desafío a la línea roja de Pekín en cuestiones como Taiwán”, afirmó.
Durante la última disputa diplomática sobre la isla autogobernada –que Pekín reclama como propia–, China retiró este martes a su embajador en Lituania por su decisión de permitir a Taiwán abrir una oficina de representación con su propio nombre en el país báltico. Vilna también tiene previsto retirar a su representante en el gigante asiático, según declaró una fuente al medio.
Supuesta violación de los DD.HH. en la región de Xinjiang
Mientras tanto, Pekín se mantiene firme ante la creciente presión internacional, entre otros asuntos por el trato que da a la minoría musulmana uigur, que vive en la región de Xinjiang.
El pasado marzo, después de que EE.UU., la UE, el Reino Unido y Canadá impusieran sanciones a funcionarios chinos por presuntas violaciones de los derechos humanos en la región, China contraatacó inmediatamente implementando sus propias medidas contra Europa.
“China tendrá que encontrar una manera de resolver el bloqueo causado por el intercambio de sanciones con la UE y ofrecer al bloque un avance significativo en el acceso al mercado, la cooperación climática o abordar constructivamente algunas de las preocupaciones de Europa en materia de derechos humanos”, dijo Stec.
Mientras, Zeng Jinghan, profesor de estudios chinos e internacionales en la Universidad de Lancaster (Reino Unido), sugirió que puede ser el momento de que Pekín rebaje la retórica, sobre todo cuando Washington trata de conseguir apoyos en Europa para contrarrestar a China. “La futura política exterior de Pekín debería ser más flexible“, apuntó. “China tiene que ser más abierta y plácida ante las críticas”, agregó.
Elecciones en países europeos
Los analistas detallaron que podría haber más vientos en contra, ya que la canciller alemana Angela Merkel está a punto de retirarse y el país se dirige a las urnas el próximo septiembre. La mandataria fue la principal promotora del tratado de inversión entre la UE y China, que quedó en suspenso en mayo como consecuencia de las sanciones impuestas por las supuestas violaciones de los derechos humanos en Xinjiang.
Además, Pekín observará de cerca las elecciones del próximo año en Francia, donde se espera que la principal rival del presidente Emmanuel Macron, la política nacionalista de extrema derecha Marine Le Pen, abogue por una línea mucho más dura con el país asiático, agregaron.
Sun señaló que el cambio también podría estar en camino en Hungría, donde también se espera una votación el próximo abril. Se trata del país dentro de la UE que más ha apoyado a China, bloqueando las resoluciones que la critican en temas como el mar de la China Meridional o la situación política en Hong Kong.
“Si la oposición llega al poder, será un serio revés para las relaciones chino-húngaras“, dijo, añadiendo que los opositores ya han prometido desechar dos proyectos chinos previstos: un campus satélite de la Universidad Fudan de Shanghái en Budapest, y un ferrocarril que unirá las capitales húngara y serbia.
Por su parte, Grzegorz Stec dijo que las elecciones podrían suponer un giro de 180 grados en la política húngara hacia su socio asiático: “También podría poner fin al papel perturbador de Budapest en los intentos de crear una política europea unificada sobre China”.