Según las fuentes, la delegación bipartidista estaría encabezada por el demócrata James Steinberg, exsubsecretario de Estado, y el republicano Stephen Hadley, exasesor de Seguridad Nacional.
La decisión de la Casa Blanca podría aumentar aún más las tensiones entre EE.UU. y China, al igual que ocurrió tras la visita a Taiwán en agosto de 2022 de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes. En respuesta, China intensificó las maniobras militares en torno a la isla.
En este contexto, un exfuncionario estadounidense expresó que enviar la delegación a Taipéi tan poco tiempo después de las elecciones es una medida arriesgada que podría acarrear consecuencias no deseadas.
“El objetivo primordial de Estados Unidos en este momento delicado debería ser alentar la moderación tanto por parte de Pekín como de Taipéi”, indicó. “Enviar una delegación de tan alto nivel parece ‘un abrazo del oso’ a Taipéi, dándole a Pekín un motivo para reaccionar exageradamente. Necesitamos acciones más sutiles para ser eficaces“, señaló el experto.
Al mismo tiempo, otra persona con conocimiento sobre la visita estadounidense a Taiwán dijo que esta “es una mala idea dado el riesgo de que tanto Taipéi como Pekín puedan usarla para impulsar sus propias agendas de diferentes maneras que complicarían la política de Washington”.
“Una asociación fuerte y no oficial”
De momento, la Casa Blanca se ha negado a comentar la situación. No obstante, un alto funcionario de la Administración, que optó por preservar el anonimato, confirmó la información, manifestando que una reunión cara a cara era “la forma más efectiva” de conocer al nuevo Gobierno taiwanés y transmitirle la política estadounidense, recoge AP.
De acuerdo con sus palabras, se trata de una delegación no oficial cuya misión consiste en “contribuir a la paz y la estabilidad” en la región. Estos métodos “se han utilizado en el pasado solo para garantizar que le estamos comunicando claramente al presidente electo, pero también a los demás candidatos, la importancia de una asociación fuerte y no oficial”, afirmó el funcionario.
Al mismo tiempo, aseguró que este tipo de delegaciones implican “tener claro qué es y qué no es la política estadounidense de ‘una sola China'”, haciendo referencia a la postura de Washington de no apoyar la independencia de Taiwán.
El alto funcionario no proporcionó más detalles sobre la visita, agregando que algunos matices aún se estaban confirmando.