El partido socialdemócrata alemán (SPD) no tiene motivos para celebrar. Si tuvieran lugar ahora elecciones generales, el partido del canciller Olaf Scholz solo obtendría un 14 por ciento de los votos, según una encuesta realizada para la red ARD. Se trata del nivel más bajo que registra desde junio de 2021.
Los Verdes subieron un punto y alcanzarían en 15 por ciento. Los liberales del FDP, con un 4 por ciento, no entrarían siquiera en el Parlamento. Tampoco lo haría La Izquierda, con un 2 por ciento. En cambio, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y su ala bávara, la Unión Cristiano Social (CSU), lograrían su mejor resultado desde marzo de 2021, con un 32 por ciento. Y la Alternativa para Alemania (AfD), de derecha populista, obtendría un 21 por ciento.
Scholz pierde simpatías
La encuesta, realizada por el instituto demoscópico Infratest-dimap entre el 4 y el 6 de diciembre, consultó a 1.364 personas con derecho a voto. Solo un 17 por ciento de ellas se mostró satisfecha con el trabajo del gobierno alemán. Es la cifra más baja desde que se lleva a cabo esta encuesta para la ARD.
Casi la mitad de los alemanes (48 por ciento) le atribuyen un proceder mesurado, pero solo una cuarta parte considera que maneja bien las crisis. Y únicamente un 12 por ciento piensa que comunica las cosas en forma convincente.
El origen de las críticas
Socialdemócratas, verdes y liberales conforman la coalición que gobierna desde hace dos años. Han atravesado varias crisis, pero ninguna tan profunda como la actual crisis presupuestaria. A mediados de noviembre, el Tribunal Constitucional objetó en parte la política financiera del gobierno federal. Este había redirigido hacia la protección del clima fondos no utilizados de los créditos destinados a paliar el impacto de la pandemia de COVID-19, superiores a 60 mil millones de euros
Ahora se abre pues un hueco enorme en el presupuesto para 2024, que debería haberse aprobado ya hace tiempo. Y en la coalición no hay acuerdo sobre si se debe ahorrar o recurrir a nuevos créditos, dejando una vez más sin efecto el cerrojo al endeudamiento consagrado en la Constitución. En tal situación, se espera un claro liderazgo del canciller. Pero tampoco los ciudadanos tienen una respuesta unitaria a la pregunta de qué es lo que se debe hacer.
Casi la mitad de los encuestados (47 por ciento) abogan por el ahorro; algo más de un tercio (35 por ciento), por declarar otra vez una situación de emergencia y desactivar así el freno a la deuda. Solo un 8 por ciento se pronuncia por aumentar los impuestos.
¿Dónde ahorrar?
A la pregunta sobre en qué campo se podría ahorrar, un 64 por ciento se inclinó por recortes a los subsidios para desempleados. Pero también hay mucha gente abierta a recortar la ayuda militar para Ucrania (54,41 por ciento).
En cambio, se ve con ojos más críticos el ahorro en materia de transformación del sector económico para hacer frente al cambio climático. Y menos respaldo tendría el ahorro en los planes para asegurar la cobertura de las necesidades básicas de los niños.
El desafío del cambio climático
En cuanto al desafío del calentamiento global, los alemanes han rebajado sus expectativas. Solo un 10 por ciento cree que la comunidad internacional puede superar los problemas derivados del cambio climático. El 86 por ciento lo duda.
La mayoría de los encuestados tiene la impresión de que Alemania ya hace mucho está luchando contra este fenómeno, y que otros países deberían hacer más (62 por ciento). La responsabilidad por la protección del clima se asigna, sobre todo, al sector empresarial (61 por ciento). Pero solo un 30 por ciento considera necesario renunciar al crecimiento económico por consideraciones de política ambiental.
(ERS/CP)