Tres encuestas electorales difundidas esta semana en Perú colocan al izquierdista y profesor rural Pedro Castillo con una amplia ventaja sobre Keiko Fujimori, lideresa de la conservadora Fuerza Popular. Según el sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) difundido el domingo, Castillo tiene un 41% de las preferencias y Fujimori un 21%, mientras que quienes votarían nulo o blanco o no han decidido su voto suman 44% de los encuestados.En la Lima Metropolitana, donde se encuentra el 29% del padrón electoral, la brecha se angostó. La hija mayor del autócrata Alberto Fujimori, acusada en marzo por lavado de activos, organización criminal y obstrucción a la justicia, logra un 31% y el dirigente sindical un 29% de las preferencias. La diferencia entre ambos se encuentra dentro de los 2,6 puntos de margen de error de la encuesta. El 6 de junio acudirán al balotaje más de 25 millones de peruanos, entre ellos más de 997.000 residentes en el extranjero.
El candidato ha recibido el respaldo de los expresidentes de Bolivia y de Uruguay, Evo Morales y José Mujica; mientras que el premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, y el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, apoyan a Fujimori. Castillo negó además cualquier cercanía con el régimen del venezolano Nicolás Maduro, como denuncias sus detractores.
En una entrevista con la emisora peruana Radioprogramas, Vargas Llosa criticó con dureza a Castillo: “Si establece el modelo venezolano o cubano para el Perú, no se puede descartar un golpe militar”. El escritor contó que Keiko Fujimori lo llamó para manifestarle su compromiso de que no se quedará en el poder más de cinco años luego de que pidiese el voto para ella en su columna en EL PAÍS.
Una encuesta de Datum, difundida a mediados de la semana, señaló que el 16 del 41% que votará por Castillo lo consideraba “el cambio que el país necesita”, en tanto que el 29% de ese mismo grupo rechaza a Fujimori “porque está siendo investigada por la Fiscalía”. Un 13% cree que Castillo representa a “los pobres y los más olvidados” y un 10% opta por él para evitar que gane la candidata conservadora.
Fujimori ha recibido el respaldo del excandidato presidencial ultraconservador Rafael López Aliaga, quien anunció que visitará las localidades donde recibió más votos para fustigar al candidato de Perú Libre. “Castillo tiene en mí un enemigo de muerte. Lo que quiere traer este señor es repartir pobreza: tanto nos ha costado dar trabajo a tanta gente para que venga un salvaje y nos destroce el país”, cuestionó.
Según la encuesta del Instituto de Estudios Peruanos, en los niveles socioeconómicos más altos , un 38% se inclina por Fujimori. En los más bajos, Castillo cosecha hasta el 49%.
Una candidata con mala imagen
El politólogo Paolo Sosa comentó a este diario que “es muy difícil que, a estas alturas, Keiko Fujimori pueda modificar sustantivamente la percepción negativa que se tiene de ella y de su partido. Y esto empeora con su estrategia de azuzar el temor anti-comunista. Por el contrario, la pone en una situación beligerante que trae recuerdos de su rol como oposición desde 2016”.
El investigador, afiliado al IEP, alude al comportamiento de la bancada fujimorista de Fuerza Popular en el Congreso, al inicio del gobierno del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski. Algunos parlamentarios fujimoristas coordinaban con grupos corruptos de la Justicia, llamados Cuellos Blancos del Puerto, para obstaculizar las investigaciones por lavado de activos que enfrentaban.
Sosa añade que al ser la candidatura de Fujimori altamente impopular -con un 55% de voto en contra según Ipsos Perú- “le resta credibilidad a cualquier estrategia que use para demonizar a su contendor, incluyendo el ‘anti-comunismo’”. “Aún cuando el temor a la izquierda existe en un sector de la ciudadanía, este es minimizado frente a la pésima reputación que se ha granjeado el fujimorismo, no solo por el régimen autoritario de los noventa, sino también por su papel en la crisis de gobernabilidad reciente. Keiko Fujimori denuncia que el comunismo es caos y autoritarismo, pero esas son dos características también asociadas a su proyecto político”, afirma el politólogo.
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