El presidente electo argentino explica su programa económico en un viaje de 48 horas a Washington y Nueva York
El presidente electo de Argentina, Javier Milei, explicó este martes su programa económico al consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, en una reunión de cerca de una hora en el edificio ejecutivo Eisenhower de la Casa Blanca. Según el incipiente mandatario, también presentó a los altos cargos estadounidenses “el nuevo encuadre” de Argentina en “las naciones que respetan la libertad”. Al encuentro también asistieron el asesor del presidente Joe Biden para América Latina, Juan González, y el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols.
En un mensaje en redes sociales, acompañado de una fotografía junto a su equipo de asesores que asistió al encuentro, el ultra Milei ha calificado el evento de “una reunión excelente”. “Hemos hablado de la situación económica y social en Argentina en este momento”, apuntaba a los medios en unas breves declaraciones tras abandonar la residencia presidencial en Washington y poco antes de emprender su vuelo de regreso a Buenos Aires.
Acompañaban al presidente en ciernes su hermana y mano derecha, Karina Milei; el futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el empresario Gerardo Werthein, amigo personal de Bill Clinton y cuyo nombre suena como próximo embajador argentino en Washington; el exsecretario de Finanzas macrista y posible ministro de Economía en el nuevo Gabinete, Luis Caputo, y el estratega en comunicación Santiago Caputo. También estuvo presente el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Mark Stanley.
Milei “expresó durante el encuentro su mirada sobre la agenda geopolítica internacional alineada con Occidente y su defensa de los valores de la libertad”, indica un comunicado de la oficina del presidente electo. Por su parte, Sullivan “manifestó la predisposición de Estados Unidos para colaborar en la transición del gobierno argentino entrante ante la desafiante coyuntura política, económica y social que atraviesa el país”, según la versión argentina de la reunión.
Inicialmente había estado previsto que el vencedor de las elecciones argentinas, tras derrotar hace diez días al peronista Sergio Massa, se hubiera reunido también durante su visita a Washington con funcionarios del Fondo Monetario Internacional, aunque finalmente a ese encuentro asistieron únicamente sus asesores económicos. Milei ya había mantenido una reunión por vídeoconferencia el pasado viernes con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Argentina recibió un cuantioso préstamo de 44.000 millones de dólares por parte de este organismo en 2018, pero ha sido incapaz de devolverlo en tiempo y forma incluso tras haber renegociado las condiciones.
Antes del encuentro, la Casa Blanca ya había adelantado su interés en escuchar del líder de La Libertad Avanza cuál será su programa económico y político de Gobierno. “Argentina es un socio dinámico en este continente para muchos asuntos. Tenemos muchas ganas de escuchar las ideas del presidente electo y ver hacia dónde quiere dirigirse en cuestiones de política, y garantizar que mantenemos abiertas las líneas de comunicación”, había declarado el lunes el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, al confirmar la reunión.
Durante su estancia en Nueva York, Milei había almorzado con el senador demócrata Chris Dodd y el expresidente estadounidense Bill Clinton. Su primer acto en la Gran Manzana había sido una visita a la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, más conocido como “el rebe de Lubavitch”. Se trata de un lugar sagrado para el judaísmo, que Milei ya había visitado con anterioridad para pedirle su bendición para ser elegido presidente de Argentina.
La visita a Washington y Nueva York es la primera del presidente electo argentino tras su triunfo electoral, y aporta un claro indicio de cuáles serán las prioridades del nuevo gobierno en materia de política exterior. Milei ha insistido a lo largo de su campaña en que sus principales aliados serán Estados Unidos e Israel. También ha prometido marcar distancias hacia China, gran socio comercial de su país y con la que el Gobierno de Alberto Fernández mantuvo excelentes relaciones. Entre otras cosas, ha rechazado la posibilidad de que el país del Cono Sur se sume al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), algo que sí favorecía su predecesor.