El movimiento capturó buena parte de los 34 centros de provincias, a veces entrando en las ciudades sin efectuar un solo disparo.
Desde el momento de la retirada de las tropas internacionales de Afganistán, el movimiento Talibán empezó a avanzar velozmente por el territorio y hasta el momento ha tomado la mayoría de los 34 centros de provincias, entre ellos Kandahar y Herat, la segunda y tercera ciudades más importantes del país.
Al mismo tiempo, varios reportes indican que los combatientes de la formación a veces entran en las ciudades sin luchar.
¿Qué permite al movimiento tomar tantas regiones? ¿Es inminente la caída de Kabul o las tropas gubernamentales tienen la posibilidad de mantener el control de la capital afgana?
¿Cómo los talibanes fueron derrotados en el 2001?
Los talibanes gobernaron el país desde 1996 hasta que fueron derrocados por las fuerzas internacionales en el 2001.
Estas tropas fueron desplegadas en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001, tras lo cual Washington solicitó que le entregaran a Osama Bin Laden —principal sospechoso de los ataques—, pero tuvo un ‘no’ por respuesta. En octubre del mismo año, militares de EE.UU. y de sus socios en la OTAN invadieron Afganistán y derrocaron al régimen en diciembre del mismo año.
Las tropas estuvieron en territorio afgano durante casi 20 años, hasta que EE.UU. y el movimiento firmaron un acuerdo de paz en febrero del 2020 que preveía su retirada completa.
¿Por qué avanzan tan rápidamente?
Poco después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciara en abril la retirada de los últimos 2.500 militares del país, el movimiento comenzó ofensivas con el fin de recuperar el poder perdido.
Andrew Watkins, analista senior sobre Afganistán en la ONG International Crisis Group, afirmó durante una entrevista con Vox que la salida de Washington puede haber contribuido al avance de los talibanes debido al “efecto psicológico”, no militar.
El experto dijo que, durante su presencia en Afganistán, EE.UU. creó “un paraguas de seguridad artificial” y logró establecer “una barrera protectora”, casi permitiéndoles a las fuerzas de seguridad gubernamentales no combatir. Sin embargo, desde el 2020 Washington redujo significativamente la cantidad de bombardeos y casi dejó de realizarlos, lo que le dio más libertad al movimiento Talibán. De esta manera, pudo empezar a prepararse para la reactivación de sus ataques.
The New York Times informa que el avance empezó cuando los militares en los puestos rurales —que sufrían de la falta de municiones y comida— fueron rodeados y empezaron a rendirse y entregar su equipamiento a los talibanes. De esta manera, los combatientes del movimiento lograron tomar el control de varias carreteras y distritos.
Además, la debilidad de las tropas y su resentimiento contra los líderes del país generó una situación en la que los combatientes no encontraron fuerte resistencia.
Para facilitar la captura de las ciudades, los talibanes usaron una campaña de desinformación, que les permitió —según reportes— en algunos casos tomar el control de distritos con pocos combatientes, quienes, por su parte, aseguraron a los residentes que miles de seguidores más estaban a punto de llegar y, por lo tanto, les recomendaban rendirse, señaló Watkins.
“Finalmente, hay mucha división política en Afganistán entre la gente que se opone al [movimiento] Talibán, pero no está de acuerdo en lo que respecta al nivel de apoyo al gobierno del presidente Ashraf Ghani”, indicó el analista, haciendo hincapié en que los talibanes se aprovecharon de la situación y se dirigieron a las regiones donde Kabul tenía desacuerdos con las autoridades locales.
“Muchas personas se sienten privadas de sus derechos o alienadas por el Gobierno central, lo que les da mucho menos razón para luchar en nombre del gobierno para mantener fuera a los talibanes”, reiteró.
Por su parte, el orientalista Alexánder Kniázev, doctorado en Ciencias Históricas, escribió en un artículo de opinión para RT que “el Gobierno a priori no era capaz de convertirse en el centro de consolidación para la resistencia militar contra los talibanes”.
“Por el contrario, la corrupción del liderazgo y su debilidad evidente son la principal causa de los éxitos de los talibanes. Esto desmotiva tanto a las fuerzas gubernamentales, como a las milicias de los líderes locales”, sostuvo Kniázev, también miembro de la Sociedad Geográfica Rusa.
¿Cuál es la estrategia de los talibanes?
Respecto a las opiniones de que los seguidores del movimiento van a capturar Kabul “inminentemente” o en los próximos días o semanas, Watkins dijo que “no es necesariamente cierto”, ni que esa sea la estrategia de los talibanes.
Sostuvo que planean “cortar la capacidad del Gobierno de reabastecer otras áreas del país, romper la capacidad del Gobierno de moverse desde el punto A al punto B en las carreteras del país y rodear y asfixiar a las ciudades del país”. Es decir, “no luchar a través de todas y cada una de las ciudades, sino presionar al Gobierno para que colapse“, afirmó.
¿Es inevitable la victoria del movimiento?
En opinión de Watkins, las autoridades gubernamentales todavía son capaces de contener a los talibanes, agregando que, si Kabul recupera el control de algunas zonas, esto puede llevar la situación a un punto muerto.
El analista indicó que los contrataques gubernamentales “solo van a aumentar [el volumen de] los daños para los civiles”.
EE.UU. evacúa la Embajada, ¿se repite el final de la Guerra de Vietnam?
En medio del acercamiento de los talibanes a la capital del país, EE.UU. anunció este jueves la reducción del personal diplomático de su Embajada en Kabul y el portavoz del Pentágono, John Kirby, señaló que envían tropas para ayudar en la evacuación de los funcionarios.
El paso provocó comparaciones con la Caída de Saigón y con cómo se realizó la evacuación de diplomáticos y personal de apoyo estadounidense, ciudadanos extranjeros y refugiados vietnamitas al final de la Guerra de Vietnam (1955-1975). “Las últimas noticias sobre una nueva reducción de [el personal de] la Embajada y un despliegue apresurado de las fuerzas militares parecen ser preparativos para la caída de Kabul“, afirmó el senador republicano Mitch McConnell, citado por la agencia AFP. Añadió que “las decisiones del presidente Biden hacen precipitarnos a una secuela aún peor de la caída humillante de Saigón en 1975”.
Esto se produce después de que, en julio, al ser preguntado sobre el posible parecido de la retirada de Afganistán con la de Vietnam, el mandatario estadounidense prometió que no habrá circunstancias en las que se verá cómo las personas “son evacuadas desde el techo de la Embajada de Estados Unidos de Afganistán”. “No es comparable en absoluto“, destacó.
Antes, en junio, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, también rechazó las comparaciones. “Puedo estar equivocado, quién sabe, no se puede predecir el futuro, pero no veo el Saigón de 1975 en Afganistán. Los talibanes simplemente no son el Ejército de Vietnam del Norte”, dijo en aquella ocasión.
Este viernes, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a los talibanes a detener inmediatamente su ofensiva en Afganistán, advirtiendo que la situación en el país “se está saliendo de control“. “Este es el momento de detener la ofensiva. Este es el momento de iniciar una negociación seria. Este es el momento de evitar una guerra civil prolongada, o el aislamiento de Afganistán”, declaró.
Mientras, desde el Programa Mundial de Alimentos de la ONU advirtieron que la situación en Afganistán “tiene todas las señales de una catástrofe humanitaria”. “Nos tememos que lo peor está por llegar y que la mayor marea de hambre se acerca rápidamente”, afirmó Thomson Phiri, miembro de la organización humanitaria.