La Unión Europea tiene desde hace tiempo un ojo puesto en África, y no por razones positivas: las continuas crisis en el Sahel han hecho que Europea se vea afectada directa o colateralmente, sumando capítulos que han añadido tanto a Níger como a Gabón. Pero en Bruselas la idea pasa por diferenciar ambos casos y, de esa forma, suavizar todas las alarmas. “Los golpes de Estado militares no son la solución, pero no hay que olvidar que en Gabón antes había habido unas elecciones llenas de irregularidades y que hay golpes de Estado militares y hay golpes de Estado institucionales, que no hace falta usar las armas”, comentó el Alto Representante Josep Borrell.
Estas palabras llegaron después de que el Ejército disolviera las instituciones tras anunciarse la victoria del Ali Bongo en las elecciones. Bongo lleva -o llevaba- en el poder desde 2009 y para la oposición estos comicios han estado llenos de irregularidades. Ante ese escenario, la UE dijo rechazar “cualquier toma de poder por la fuerza en Gabón y hace un llamamiento a todos los implicados para que actúen con moderación”, pero llenó de matices su postura frente a lo sucedido en Níger.
Alejandro López Canorea, analista de Descifrando la Guerra, explica a 20minutos que Gabón “es estratégico sobre todo para Francia, porque es un nodo militar de los que tiene en África” y la cuestión es que “por ahora el golpe de Estado en Gabón no parece poner en peligro la presencia francesa”. Sobre si son parecidas las situaciones de Níger y Gabón el analista asegura que “hay que tener en cuenta que se trata de golpes militares”, los cuales “rompen la legalidad”.
Ahora, continúa, “desde la UE se ha tomado distancia y es ella la que señala la diferencia entre un golpe de estado intolerable, como el de Níger, y una tolerable, en Gabón”, porque este último “no cambia las relaciones del país con la Unión Europea”. Además, López no cree que haya que mirar todo desde el mismo prisma: “En África sí que se da un efecto dominó en cuanto a las crisis pero la de Gabón no está vinculada a la situación general del Sahel”, la cual sí preocupa mucho a la Unión en tanto en cuanto se trata de las dinámicas de su flanco sur.
“Son dos situaciones diferentes y como tal se afrontan”, se limitan a decir desde Bruselas las fuentes consultadas. Tal es así que no siquiera se activó un proceso de evacuación de ciudadanos europeos y trabajadores, tal como sí sucedió en Níger y antes en otros contextos como la toma de los talibanes en Afganistán. Borrell es consciente de que la situación en Gabón, como la del Sahel en general, es “un reto para Europa”, pero ha llamado a la calma durante todos estos días.
Con todo, desde el Servicio Europeo de Acción Exterior se limitaron a lanzar un comunicado bastante genérico con una apuesta, dicen, por “el diálogo integrador y de fondo que garantice el respeto del Estado de derecho y de los derechos humanos, y no la fuerza” como la manera de garantizar “que se respete la voluntad expresada por el pueblo gabonés”. Ni siquiera como aseguró López Canorea el papel de Francia es decisivo en este caso: no existe una “deseuropeización” o un sentimiento “antifrancés”, una base para analizar lo ocurrido en Níger.
Pero que los árboles no impidan ver el bosque. Si con algo confluyen los dos casos es con la necesidad de la UE de reenfocar su política hacia África. “Vamos a tener que revisarla a fondo, es una voluntad de cooperación que siempre ha sido la nuestra”, esgrimió en este sentido el propio Borrell, al tiempo que cree que las soluciones que se den “tienen que venir de las instituciones africanas, con mucha atención, sostuvo, a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao). “Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer”, dijo sobre la posibilidad de sancionar a Níger, algo que no va a suceder en Gabón.