El comandante de la Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el contralmirante Ali Reza Tangsiri.
Irán deja claro que cualquier presencia del régimen israelí en la región del Golfo Pérsico solo alimenta la inseguridad y suscita la sedición en la zona.
“Creemos que la presencia del régimen sionista en la región del Golfo Pérsico no tendrá otro resultado que sembrar la sedición y provocar la inseguridad”, ha enfatizado este viernes el contraalmirante Alireza Tangsiri, comandante de la Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, en una reunión con el comandante de la Armada de Omán, el contralmirante Saif bin Naser al-Rahbi.
El titular iraní ha aducido que la República Islámica asegura que la presencia de fuerzas extranjeras no traerá la seguridad a la zona, sino que fomentará la inseguridad, y que los países regionales tienen la capacidad necesaria para preservar la seguridad de esta área sensible.
Tangsiri ha ratificado el fuerte apoyo de Irán a todas las naciones oprimidas del mundo, especialmente al pueblo palestino, calificando al régimen de Israel como el “enemigo número uno de los musulmanes” que se ha creado en base a la opresión y la agresión.
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El presidente iraní advierte que Irán dará una respuesta “firme” a cualquier intento de EE.UU. y sus aliados regionales de socavar la seguridad en la zona.
Por su parte, el comandante omaní ha afirmado que los extranjeros solo consideran sus propios intereses, y la seguridad de la región debe ser garantizada por los mismos países regionales, en primer lugar.
Al-Rahbi ha enfatizado que aumentar el nivel de los lazos en consonancia con el fortalecimiento de la seguridad y la estabilidad regionales limitará las intenciones de los extranjeros.
Los funcionarios iraníes han descrito repetidamente las actividades desestabilizadoras de Israel como la principal fuente de inseguridad en la región, alertando a los países de la región sobre los peligros de permitir que Tel Aviv establezca un punto de apoyo en la región.
En este sentido, ha rechaza cualquier normalización con Israel y advertido de las consecuencias de la presencia de Israel en la región del Golfo Pérsico, no obstante, se ha mantenido abierta a dialogar con los países árabes.