El presidente chileno, Gabriel Boric, informó el lunes del aumento del salario mínimo en Chile a 400 000 pesos mensuales, equivalentes a unos 481 dólares, a partir del próximo 1 de agosto.
La subida del sueldo mínimo en Chile, producto de un histórico acuerdo entre el Ejecutivo y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la central sindical más grande del país, se da en dos fases: el que ya entró en vigencia el pasado 1 de mayo, cuando el salario marcó un aumento de 30 000 pesos (36 dólares), al pasar de 350 000 pesos ($421) a 380 000 ($457); y el segundo, que elevará la remuneración en 20 000 pesos más (unos 24 USD) en agosto venidero.
“Estamos construyendo sobre la base de lo que hicieron quienes nos antecedieron. No podríamos hablar de aumentar el sueldo mínimo a 400 000 si no fuera por los esfuerzos que se hicieron anteriormente”, dijo Boric en la ceremonia de promulgación de la ley en el Palacio de la Moneda, mencionando a los expresidentes de la democracia chilena, desde Patricio Aylwin hasta Sebastián Piñera.
Asimismo, el mandatario señaló que si la inflación acumulada en 12 meses a diciembre de 2022 supera el 7 %, el proyecto también determina que el ingreso mínimo subirá a 410 000 pesos mensuales (492 dólares) desde enero del próximo año.
En otra parte de sus declaraciones, destacó que este incremento salarial tiene una perspectiva de género importante, explicando que la mayoría de las personas que reciben el salario mínimo en Chile son mujeres.
Además, hizo un llamado a las grandes empresas, medianas industrias, todos los sectores políticos del parlamento y los integrantes de su Gobierno a impulsar acuerdos que permitan desarrollar el país hacia una diversificación de la economía.
De acuerdo con los expertos, Boric, el presidente más joven y más votado en la historia del Chile, enfrenta muchos desafíos de cara a cumplir sus promesas de cambio, entre ellos, aumentar la confianza de los inversores y decidir sobre el futuro de las polémicas empresas de la Administradora de Fondos de Pensiones (AFP), el sistema privado que se financia desde los años setenta con el aporte de los trabajadores.
