El incremento de la inflación ha provocado, en toda Europa, una ola de protestas y huelgas, lo que pone de manifiesto el creciente descontento con la escalada del costo de la vida y amenazan con desatar la inestabilidad política, advierte la agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP).

El precio de la energía ha impulsado al alza la inflación en los 19 países que utilizan el euro como moneda oficial, lo que complica que la gente pueda adquirir lo que necesita. Entretanto, la ciudadanía no ha visto más opción que salir a la calle.

En Rumanía, miles de personas han protestado contra el precio de la energía, de los alimentos y de otros productos básicos que, según los organizadores, está sumiendo a millones de trabajadores en la pobreza. Los manifestantes hicieron sonar bocinas y tambores para dejar patente su desencanto por el aumento del costo de la vida.

Los ciudadanos franceses también han salido a las calles para exigir aumentos salariales acordes con la inflación. Los trabajadores ferroviarios y de transportes, maestros de secundaria y empleados de hospitales han reclamado alzas salariales y protestar por la intervención gubernamental en las huelgas de los trabajadores de refinerías que han causado escasez de gasolina.

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Por otro lado, en Praga, capital de la República Checa, los inconformes han protestado contra la gestión del gobierno ante la crisis energética. Los checos han exigido la renuncia de la coalición de gobierno prooccidental, criticando su respaldo a las sanciones que ha impuesto la Unión Europea (UE) a Rusia por su operación militar en Ucrania.

Es más, los pilotos alemanes se han declarado en huelga para reclamar sueldos más altos ante la subida de los precios.

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También, en el Reino Unido, los empleados ferroviarios, enfermeras, trabajadores de puertos y abogados, han protagonizado una serie de paros para reclamar una subida de los sueldos que los ajuste a una inflación que alcanza su peor dato en los últimos 40 años.

Como es evidente, las consecuencias de la guerra en Ucrania han elevado notablemente el riesgo de disturbios civiles en toda Europa, lo que también confirma la consultora de riesgo Verisk Maplecroft. De hecho, mientras los líderes europeos han respaldado firmemente a Ucrania en su guerra con Rusia, enviando armas e imponiendo sanciones contra el petróleo y el gas natural rusos, la crisis energética profunda que se debe a las sanciones impuestas contra Moscú ha amenazado con erosionar el apoyo público.

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“Hoy, la gente se ve obligada a emplear tácticas de presión para lograr un aumento” salarial, dijo a AP Rachid Ouchem, un médico que estaba entre las más de 100 000 personas que protestaron esta semana en múltiples ciudades francesas.

A su vez, Torbjorn Soltvedt, analista de Verisk Maplecroft, ha considerado que esta crisis energética no tiene una solución rápida, mientras la inflación parece que podría ser peor el año que viene.

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