Todos van tomando posiciones en el nuevo mundo, dibujado especialmente a partir de la pandemia de Covid y de la invasión de Ucrania. Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán han elegido su mesa y serán a partir del 1 de enero de 2024 miembros de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), hasta ahora países en desarrollo y desde ya ideólogos de una competición con Occidente que puede afectar a las relaciones comerciales. Estados Unidos y la Unión Europea, potencia comercial desde hace décadas, esperan acontecimientos antes de, llegado el caso, encender las alarmas. ¿Cómo queda pues el mapa actual?
“Juntos, los países BRICS representan una cuarta parte de la economía mundial, constituyen una quinta parte del comercio mundial y albergan a más del cuarenta por ciento de la población mundial”, resumió Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica y anfitrión de la última reunión entre estos países. Además, el líder brasileño, Lula da Silva, llegó a pedir la instalación de una moneda de referencia precisamente para facilitar los intercambios entre un bloque que ve, al otro lado, a la Unión y a la OTAN, de distinta naturaleza a la suya, tratando de tomarle el pulso a las exigencias de la geopolítica.
Los BRICS tienen claro que existe “un consenso sobre la primera fase de este proceso de expansión y seguirán otras fases” y desde Sudáfrica aseguraron que hay ya cuarenta solicitudes de países para adherirse al grupo (la UE está formada por 27 y la OTAN por 31). Ser el contrapeso de Occidente es una cuestión no solo de cantidad, sino también de ver cómo las relaciones entre todos se pueden fortalecer. Por lo pronto, representan más del 42% de la población mundial y el 30% del territorio del planeta, así como el 23% del producto interior bruto (PIB) y el 18% del comercio mundiales.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, en una reunión informal ministerial de Defensa y Asuntos Exteriores de la UE celebrada este miércoles en Toledo. EFE
Mientras, la UE quiere reforzar sus vínculos con América Latina, que tendrá pronto dos países dentro de los BRICS (Brasil y Argentina), por lo que cualquier movimiento en el bloque puede afectar directamente a las voluntades de Bruselas y de los Estados miembros. Pero quien marca los pasos es China: Pekín puede ver en este grupo de estados una buena forma de contrarrestar a Estados Unidos.
Juan Vázquez, profesor en la Universidad Camilo José Cela y doctorado en Economía y analista en El Orden Mundial explica a 20minutos que “cada cierto tiempo suele haber un auge a la hora de hablar de los BRICS” y cuando eso pasa “se plantean como un bloque coherente y con una visión clara de reformar el orden internacional, o liderar un nuevo orden mundial”. Vázquez pone un ejemplo en este sentido: “Se habla mucho de la desdolarización y de que lancen una moneda común”, dice, retomando lo expuesto precisamente por Lula. Pero el profesor es claro: “No compro esa narrativa porque por ejemplo India y China tienen una mala relación”.
“La ampliación de los BRICS lo que sí nos dice que el mundo no solo tiene una alternativa: hace 20 o 30 años vivimos una hegemonía estadounidense, que no tenía otra opción”, añade, pero reconoce al mismo tiempo que eso ha cambiado porque con el auge de China “sí que existe esa alternativa ahora mismo”. Así, Vázquez considera que es claro que China es la principal potencia y líder de los BRICS, y en cambio hay matices porque “India por ejemplo no tiene por qué comulgar con lo que diga Pekín, aunque coincidan en ciertos proyectos”.
La fotografía de estos países no es la de una familia cien por cien bien avenida. “India es un país clave en los BRICS y no necesariamente tiene relación con la UE y EEUU. Hablar de bloques como tal es difícilmente sostenible”, continúa el profesor. Es erróneo por tanto situarles per se en un lado del mapa. “No podemos pensar en ellos como un bloque geopolítico y Bruselas y Washington otro. El esquema no creo que sea ese, tampoco a nivel comercial. Hay potencias como por ejemplo la propia India o Turquía que van a poner su propia posición geoeconómica y geopolítica”, termina, repitiendo que lo que sí sucede es que “ya no hay un orden internacional solamente centrado en EEUU y en las instituciones que nacieron tras la II Guerra Mundial”.
En Bruselas, según las fuentes consultadas, no hay preocupación por la ampliación de los BRICS precisamente porque consideran que no es un bloque monolítico sino más bien “una asociación en función de los intereses de cada momento”. No se puede hablar por tanto de una sombra de guerra comercial a futuro entre ambos lados del mapa. Para Daniel Gil, analista en The Political Room, lo relevante es que la reacción de Bruselas y Washington no tiene por qué ser drástica. “EEUU y la UE no tendrían que preocuparse demasiado por la ampliación de los BRICS”.
“Las relaciones entre India y China son complejas”
Aunque en el caso de EEUU hay puntos importantes que ver porque “la confrontación con China es mucho más directa: puede ser preocupante para ellos que China asiente digamos su lugar en el mundo con otros actores también muy relevantes”, expresa. “Las relaciones entre India y China son bastante complejas”, coincide Gil, que considera que el futuro de los BRICS como bloque pasa por una relación fuerte entre ambas: “Pero esto es algo que está muy lejos”. Solo ese escenario, sentencia, sería “preocupante” para el lado occidental.