La icónica ciudad brasileña iluminará su cielo, pero el gran concierto que suele acompañar los festejos continúa cancelado, dijo Paes en una conferencia de prensa. “La ciudad está abierta; la ciudad va a celebrar”, apuntó.
“Rio de Janeiro tiene tasas bajas de contagios (de Covid-19), cifras bajas de hospitalizaciones y, gracias a Dios y la vacuna, un número muy bajo de muertes. Y eso nos permite realizar este evento con toda seguridad”, añadió.
Habían cancelado el evento
El alcalde había informado el sábado pasado en Twitter que Rio había decidido “con tristeza” cancelar las celebraciones, en medio de crecientes preocupaciones sobre la nueva variante de coronavirus Ómicron.
Pero el martes señaló que el gobernador Claudio Castro le había dicho que tal vez se había apresurado.
Tras reuniones entre las autoridades de salud de la ciudad y del estado se decidió avanzar con una versión reformada del evento, sostuvo Paes.
Además del espectáculo de fuegos artificiales de fama mundial en la playa de Copacabana, la ciudad realizará espectáculos de fuegos artificiales en otros nueve puntos de la urbe y alentará al público a acudir al más cercano para evitar aglomeraciones.
Copacabana estará cerrada al tráfico de automóviles y al transporte público para disuadir a los no residentes de descender a la playa en masa, y no se permitirá la entrada de autobuses turísticos de fuera de la ciudad después de la noche del 30 de diciembre.