Líder neonazi ucraniano Tarás Bobánich.
Rusia abate a un líder neonazi ucraniano, quien es responsable del asesinato de cientos de ciudadanos en la región de Donbás, entre ellos niños.
“Un grupo especial ruso, durante operaciones de reconocimiento y búsqueda a cinco kilómetros al sur de la ciudad de Izium, eliminó a uno de los detestables líderes del llamado ‘cuerpo ucraniano de voluntarios Pravy Séktor’, Tarás Bobánich”, ha destacado este lunes el Ministerio ruso de Defensa.
Según su comunicado, el líder se unió a Pravy Séktor en noviembre de 2013, siendo el líder del grupo neonazi de Lvov. En 2014, participó en la operación de Ucrania en la región de Donbás (este), y en 2019, fue comandante adjunto de las unidades de reserva de Pravy Séktor.
Asimismo, Bobánich ordenó el bombardeo de zonas residenciales en Donetsk y Lugansk, ambas en Donbás, con armas pesadas y “es culpable de la muerte de cientos de civiles en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, incluidos niños”, ha denunciado la Cartera rusa.
Rusia reitera que no es amenaza para los ucranianos y denuncia que son los radicales que toman como rehenes a los civiles y les utilizan como “escudos humanos”.
Es más, fue uno de los ideólogos de la llamada teoría de “la superioridad de la raza ucraniana”, por lo que participó en ataques y asesinatos de la población rusoparlante en el país europeo, revela el texto.
Además, el ministerio ruso ha prometido que las Fuerzas Armadas del país euroasiático continuarán buscando y eliminando a los líderes de las organizaciones neonazis de su vecino Ucrania.
Rusia ha denunciado en reiteradas ocasiones los crímenes de los neonazis ucranianos contra los civiles. En este sentido, el jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia, Mijaíl Mizíntsev, anunció el 20 de marzo que los neonazis han convertido la ciudad portuaria de Mariúpol, ubicada en el sureste de Ucrania, a un centro de terror por lo que asesinan a diario a entre 80 y 235 ciudadanos.
Ante tal situación, el Gobierno de Moscú ha dejado claro que sigue su operación militar en el territorio ucraniano, iniciada desde el 24 de febrero, con el fin de “desmilitarización” y “desnazificación” del país europeo.