Tal como ha notificado este jueves el Ministerio ruso de Defensa, en la última jornada, “como resultado del impacto directo de un misil Iskander contra una columna militar en la estación de tren Chaplyne, en la región de Dnipropetrovsk, fueron eliminados más de 200 militares reservistas y 10 equipos militares que se dirigían a la zona de combates en el Donbás”.

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De esta forma, Rusia ha refutado la versión ucraniana sobre el ataque, en el cual Kiev asegura que murieron al menos 25 civiles.

Durante la misma jornada, en el marco de otro ataque de “alta precisión” de las Fuerzas Aeroespaciales rusas cerca de la región de Nikolaev (sur), fue destruido un puesto de mando de la agrupación de las tropas ucranianas, dejando al menos 64 nacionalistas eliminadas, anuncia el Ministerio ruso en su informe diario sobre los avances de Rusia.

“Continúan los ataques de alta precisión contra las instalaciones del complejo militar-industrial ucraniano que reparan armas y equipos militares para las tropas ucranianas”, se lee en el informe.

El informe ha llegado después de que el Gobierno ucraniano anunciara el pasado lunes que ha perdido a 9000 militares de su Ejército a lo largo del conflicto con Rusia.

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Previamente, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reconoció la situación difícil que atraviesan las Fuerzas Armadas de Ucrania y las enormes pérdidas que han sufrido, al afirmar que su Ejército pierde entre 60 y 100 soldados al día.