“Es evidente que este sabotaje tenía como uno de sus objetivos privar de agua a Crimea. El nivel de agua en el depósito baja y, en consecuencia, se reduce el suministro al canal. Se está reduciendo drásticamente”, ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Peskov ha negado rotundamente la implicación de Rusia en el ataque a la presa de Kajovka, asegurando que se trata de un sabotaje deliberado por parte de Ucrania, por lo que Kiev debe asumir toda la responsabilidad por todas las consecuencias.

Asimismo, ha señalado que la destrucción de la central podría tener secuelas para varias decenas de miles de habitantes de la región, así como para el medioambiente.

Las fuerzas ucranianas bombardearon la instalación en la noche del 5 al 6 de junio, que causó una inundación masiva en la localidad de Nueva Kajovka.

La parte superior de la central hidroeléctrica de Kajovka ha sido destruida por los bombardeos, pero la presa en sí no ha sido destruida.

Se está produciendo una liberación descontrolada de agua y se ha iniciado la evacuación de la población en varios asentamientos costeros.

El jefe del departamento militar de la región de Jersón advirtió a los residentes de las áreas en la ruta de inundación de la presa de Nueva Kajovka en el Río Dniéper en Jersón que deben hacer todo lo posible para salvar sus vidas