Rusia advirtió este 12 de mayo a Finlandia con medidas de respuesta, incluidas técnico-militares, tras la decisión histórica de los dirigentes de ese país de apoyar su ingreso en la OTAN, lo que pone en peligro, según Moscú, la estabilidad y seguridad en el norte de Europa.
“Rusia se verá obligada a adoptar medidas de respuesta tanto técnico-militares como de otra clase con el fin de contrarrestar las amenazas que han surgido para su seguridad nacional”, informó el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.
Moscú considera que el anuncio realizado por los dirigentes finlandeses supone un “cambio radical de la política exterior de ese país”.
“El objetivo de la OTAN (…) es claro: proseguir su ampliación hacia las fronteras de Rusia, crear un nuevo flanco de amenaza militar para nuestro país”, denuncia la nota.
Rusia se pregunta “para qué Finlandia convertirá su territorio en la frontera del antagonismo militar con la Federación Rusa”.
“En Helsinki deben tener en cuenta la responsabilidad y las consecuencias de dicho paso. El ingreso de Finlandia en la OTAN causará un grave daño a las relaciones bilaterales y al mantenimiento de la estabilidad y seguridad en la región del norte de Europa”, dijo.
La nota oficial recuerda que, durante muchos años, el no alineamiento militar del país escandinavo sirvió de base para una cooperación entre ambos países, “en la que el papel del factor militar se redujo a cero”.
Y lamenta que ni las promesas de Rusia sobre la ausencia de “cualquier intención hostil” ni la larga historia de relaciones de buena vecindad y cooperación mutuamente beneficiosa “convencieron a Helsinki sobre las ventajas del mantenimiento de la política de no alineamiento militar”.
A su vez, Exteriores acusó a Finlandia de que, en caso de ingresar en la Alianza Atlántica, violaría el Acuerdo de Paz de París de 1947, que impide el ingreso en alianzas o coaliciones contra el otro país.
También infringiría el Acuerdo ruso-finlandés de 1992, que estipula que ambos países se abstendrán de amenazar o usar la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de la otra parte, y tampoco permitirán el empleo de su territorio para una agresión militar contra la otra parte.
“Finlandia debe solicitar su ingreso en la OTAN sin demora. Esperamos que los pasos a nivel nacional aún necesarios para tomar esta decisión se tomen rápidamente en los próximos días”, dijeron el presidente Sauli Niinistö y la primera ministra Sanna Marin, de Finlandia, en un comunicado conjunto.
El país nórdico se había beneficiado durante décadas de mantener una relación privilegiada con la Unión Soviética y con la Federación Rusa, pero la actual “operación militar especial” rusa en Ucrania precipitó los acontecimientos.
Precisamente, antes de iniciar su intervención militar en Ucrania, Rusia había exigido a la OTAN garantías de seguridad de que no aceptaría en su seno a ninguna antigua república soviética y de que retiraría su infraestructura militar de los países que ingresaron después de 1997.
En particular, el presidente ruso, Vladímir Putin, se refería a Georgia y Ucrania, país que ha renunciado a entrar en la Alianza Atlántica, pero aspira a adherirse a la Unión Europea.