“Esta noche las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa llevaron a cabo un ataque de represalia en grupo con armas de precisión basadas en el mar contra las instalaciones donde se preparaban actos terroristas contra la Federación Rusa utilizando barcos sin tripulación, así como el lugar donde se fabricaban en una planta de reparación de barcos cerca de la ciudad de Odesa”, ha informado este martes el ministro de Defensa ruso.

A su vez, el portavoz del Ministerio de Defensa, Ígor Konashénkov, ha detallado que, además, tanto Odesa como Nikolaev (una ciudad en sur de Ucrania) quedaron destruidas en el bombardeo ruso a unos almacenes en los que el Ejército de Ucrania guardaba unas 70 000 toneladas de combustible.

Las autoridades rusas cerraron a primeras horas del lunes el tráfico en el puente de Kerch que conecta a Rusia con Crimea, citando una situación de “emergencia”. Posteriormente, en la misma jornada, el Comité Nacional Antiterrorista de Rusia manifestó que dos drones marítimos ucranianos dañaron parte del paso que une a Rusia continental con Crimea, una península que pasó de Ucrania a Rusia, en conformidad de un referéndum.

Al respecto, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que el “atentado terrorista” de Ucrania contra el puente de Kerch no quedaría sin respuesta, y lamentó que debido al “crimen sin sentido” y “violento”, una niña quedó huérfana.

Al respecto, la portavoz de la Cancillería rusa, Maria Zajárova, dijo que el atentado del puente de Crimea “fue llevado a cabo por el régimen de Kiev”, pero detrás estuvieron los servicios especiales de Estados Unidos y el Reino Unido.