Un misil hipersónico Kinzhal, montado debajo de un MiG-31.
Mientras avanza el conflicto en Ucrania, Rusia ha decidido aumentar la producción de los misiles hipersónicos Kinzhal y los helicópteros de combate.
Según afirmó el sábado el director del conglomerado estatal de servicios de defensa Rostec, Serguéi Chemezov, Rusia ya necesita incrementar la cantidad de los mencionados equipos militares, así como la fabricación de municiones.
“En algunos casos, en volúmenes cincuenta veces superiores a los habituales”, explicó sobre el aumento en los pedidos de munición, destacando el orden que el Ministerio de Defensa ha emitido al respecto.
Rostec estima fabricar hasta 300 de helicópteros en 2023, es decir el doble de los hechos en 2022, especialmente los modelos Ka-51, Mi-28 o Mi-35.
Un vídeo muestra cómo actúan los sistemas de misiles antiaéreos Buk-M2 de Rusia para derribar drones durante la operación en Ucrania.
El anuncio llegó, mientras, durante la 59.ª Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC, por sus siglas en inglés), en Alemania, los líderes occidentales prometieron permanecer firmes en su apoyo a Ucrania en medio de preocupaciones sobre “un conflicto prolongado”.
Desde el comienzo de la operación militar de Rusia en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, los países occidentales, encabezados por EE.UU., han destinado cientos de millones de dólares al envío de armas a Kiev, incluidos sistemas de cohetes, drones, vehículos blindados, tanques.
Moscú denuncia la absoluta falta de voluntad de Kiev para resolver la situación y repudia el envío de armas occidentales a Ucrania y lo cataloga un obstáculo a cualquier intento por conseguir la paz.
No obstante, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por Estados Unidos, se prepara para años eternos de conflicto con Rusia.
