TASKENT (Sputnik) — El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, aseguró que aumenta la capacidad de las bases de su país en Kirguistán y Tayikistán para responder a posibles contingencias.
“Por nuestro lado, elevamos la capacidad de respuesta de nuestras bases en Kirguistán y Tayikistán, así como otras fuerzas de respuesta ante posibles situaciones de crisis”, dijo Shoigú en la reunión de ministros de Defensa de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que acoge la capital uzbeka de Taskent.
En el evento participan los titulares de Defensa de China, India, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán, así como de Bielorrusia, país observador de la OCS.
Shoigú remarcó que la cuestión afgana sigue siendo un gran desafío a la seguridad en Asia Central ante la reactivación de organizaciones terroristas, como Daesh o Al Qaeda (ambas prohibidas en Rusia).
“En Afganistán se deteriora la situación económica y social, se implanta la ideología del radicalismo religioso y prosperan el narcotráfico y el crimen transnacional”, alertó.
Rusia, indicó, saluda las iniciativas internacionales para resolver el conflicto afgano y, paralelamente, toma medidas para garantizar la seguridad en la región centroasiática.
La OCS – nuevo centro de fuerza
La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se impone como un nuevo centro de fuerza en medio de la turbulenta situación internacional, aseguró Shoigú.
“En esta situación la OCS se impone como un nuevo centro de fuerza y un dechado de relaciones entre los Estados, basadas en la igualdad derechos y el respeto mutuo, como un garante del acatamiento del derecho internacional”, dijo en la reunión de los ministros de Defensa de los países miembros de la OCS.
Shoigú subrayó que es importante fortalecer la cooperación en la esfera militar, sostener consultas regulares en formatos bilateral y multilateral sobre los asuntos de seguridad y añadió que tal enfoque se refrenda en los documentos preparados para su firma como resultado de este encuentro.
El ministro constató que la reunión se celebra en medio de una situación internacional muy inestable, dijo que en la región de la OCS, igual que en el resto del mundo, aumentan las amenazas, no acallan las crisis locales y surgen nuevos desafío.
“Estados Unidos y el Occidente colectivo, aspirando a conservar su dominio global, ejercen una presión sin precedentes sobre los Estados independientes, usando con este fin un chantaje no encubierto y amenazas, organizando revoluciones de colores y golpes de Estado y difundiendo una burda desinformación”, señaló.
Como resultado de la actividad confrontacionista de Occidente y de las sanciones que impone, empeora la situación en la economía mundial, se destruyen las comunicaciones y se crea artificialmente una crisis alimentaria, constató.
Fundada en 2001, la OCS representa un 25% del PIB global y casi la mitad de la población del planeta.
En 2021 el organismo aprobó la admisión de Irán y otorgó el estatus de socio de diálogo a Egipto, Catar y Arabia Saudí, tres miembros importantes de la Liga Árabe.