La mañana del 17 de octubre comenzó en Ucrania con la activación de la alerta aérea, que sonó varias veces en todas las regiones del país, a causa de un ataque masivo con drones suicidas rusos contra la infraestructura energética y los objetivos militares.
Aunque las detonaciones fueron registradas en múltiples regiones de Ucrania, la más afectada fue la capital, donde se observó el mayor número de impactos de los drones suicidas rusos. Según los medios locales y las imágenes compartidas por los residentes de la urbe, los objetivos fueron las instalaciones de la infraestructura energética, un almacén de municiones y un nodo ferroviario.
También hubo evidencias de un ataque exitoso contra unos depósitos de combustible en la región de Nikoláyev. Si bien al principio estos fueron reportados como depósitos de aceite, las imágenes difundidas en las redes sociales refutan estas declaraciones al mostrar claramente que se trata de combustible.
Entre las regiones afectadas estuvieron Kiev, Sumi, Járkov, Dnipró, Cherkasi, Nikoláyev y Odesa. En algunas de estas regiones hubo apagones de electricidad tanto parciales como totales después de los ataques.
Tal y como muestran los múltiples videos captados, los sistemas de defensa antiaérea ucranianos no lograron detectar la llegada de los drones, o simplemente no fueron empleados por razones desconocidas. Por eso los agentes de la seguridad y militares ucranianos emplearon sus armas de fuego para intentar abatir los drones en pleno vuelo, pero no tuvieron éxito.
Los videos compartidos en las redes sociales muestran que este método ha resultado tener una efectividad prácticamente nula, pues no hubo derribos confirmados. De momento no hay informes oficiales sobre las posibles víctimas de los ataques, aunque visto el uso masivo de armas de fuego en plena urbe es muy probable que haya heridos precisamente debido a este método de lucha contra los drones.