El presidente ruso, Vladimir Putin (dch.), con su homólogo chino, Xi Jinping, durante reunión de firmas, Rusia, 4 de julio de 2017. (Foto: Reuters)
Moscú y Pekín empiezan a pagar los suministros de petróleo y los productos derivados en sus monedas nacionales, es decir, rublos y yuanes.
“Estamos pasando a los pagos en monedas nacionales, tanto en rublos como en yuanes, para los recursos energéticos suministrados, pagos mutuos que se llevan a cabo también por el suministro de equipos desde China”, ha acentuado este viernes el viceprimer ministro ruso, Alexánder Nóvak, en una entrevista mantenida con la cadena estatal de televisión Rossiya-24.
Asimismo, ha aseverado que en el momento actual “los suministros de gas entre [el gigante energético ruso] Gazprom y la República Popular de China se realizan sobre la base de la paridad en rublos y yuanes”.
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Además, ha explicado que el costo por el suministro de petróleo y productos derivados del petróleo también se transfiere activamente a las monedas nacionales de ambos países.
De acuerdo con el alto funcionario ruso, Pekín y Moscú incrementaron giro comercial en sector de la energía en “un 64 % en términos económicos y un 10 % en términos físicos”.
La moneda estadounidense, el dólar, corre peligro de perder su estatus de divisa de reserva mundial mientras países como China y Rusia buscan reemplazarlo.
Estas declaraciones vienen tras el encuentro entre Nóvak y su homólogo chino, Han Zheng, lo que ha sido celebrado esta misma jornada en el marco de la 19.ª reunión de la Comisión Intergubernamental Ruso-China sobre la cooperación energética.
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Por lo tanto, las compañas rusas Gazprom y la empresa estatal china, China National Petroleum Corporation acordaron el 6 de septiembre pagar el gas en sus monedas nacionales y renunciaron a los dólares.
La desdolarización se ha intensificado aún más entre el gigante euroasiática y sus aliados debido a las sanciones impuestos a Rusia en el sector de la energía, en particular sobre su gas después del inicio de su operación especial militar a Ucrania en el 24 de febrero.
Como respuesta a sanciones por parte de países europeos, encabezados por EE.UU., el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el 23 de marzo un cambio en la política comercial con los Estados europeos, a lo que denominó “países inamistosos”, advirtiéndoles que cerraría el grifo de gas si no pagasen en rublos.
