Nuevos detalles revelan las ambiciones de una operación destinada a espiar a los opositores de Donald Trump, entre ellos a republicanos moderados, así como a los progresistas y demócratas.
Mark Mazzetti y
WASHINGTON — Durante el verano de 2018, mientras Richard Seddon, un espía británico retirado, intentaba lanzar una nueva empresa para utilizar agentes encubiertos para infiltrarse en grupos progresistas, campañas demócratas y otros opositores al presidente Donald Trump, recurrió en busca de ayuda a un viejo amigo y excolega: el contratista militar privado Erik Prince.
Prince asumió el papel de reclutador famoso, según las entrevistas y los documentos, recaudando dinero para la operación de espionaje de Seddon, que tenía como objetivo recopilar información sucia que pudiera desacreditar a políticos y activistas en varios estados de Estados Unidos. Después de que Prince y Seddon se reunieran en agosto de 2018 con Susan Gore, una heredera de Wyoming de la fortuna Gore-Tex, ella se convirtió en la principal benefactora del proyecto.
El papel de Prince en la empresa, que no había sido revelado antes, arroja más luz sobre cómo un grupo de republicanos ultraconservadores empleó el espionaje para tratar de manipular el panorama político estadounidense. A lo largo de los años, Prince —un antiguo contratista de la CIA que es más conocido como fundador de la empresa militar privada Blackwater y cuya hermana, Betsy DeVos, fue secretaria de Educación de Trump— ha estado al centro del debate público debido al historial de violencia de Blackwater en todo el mundo y sus subsiguientes aventuras al entrenar y armar a fuerzas extranjeras.
Su disposición a apoyar la operación de Seddon es una nueva prueba de su participación en proyectos de espionaje político en su país durante un periodo en el que fue asesor informal de funcionarios del gobierno Trump.
El reclutamiento de Prince por parte de Seddon para que le ayude a conseguir financiamiento es solo uno de los nuevos detalles sobre la operación de Seddon revelados en documentos obtenidos por el Times y en entrevistas con personas familiarizadas con sus planes. Proporcionan una visión adicional de la ambición de la operación de utilizar agentes encubiertos para poner en la mira a los republicanos vistos como insuficientemente conservadores, así como para, como lo describe un documento, “investigar, penetrar e infiltrarse en las redes de la izquierda radical”.
El Times informó previamente que, en 2016 y 2017, Prince reclutó a Seddon para que se uniera al grupo conservador Proyecto Veritas para enseñar habilidades de espionaje a sus agentes y gestionar sus operaciones encubiertas. Prince también permitió que Proyecto Veritas utilizara el rancho de su familia en Wyoming para el entrenamiento. Seddon lanzó su esfuerzo de espionaje con financiamiento privado tras Proyecto Veritas en 2018.
No está claro a cuántos donantes potenciales podría haberse dirigido Prince para obtener dinero para la empresa de Seddon además de Gore. Por separado, Gore intentó sin éxito recaudar dinero de Foster Friess, un empresario multimillonario de Wyoming, para el proyecto durante una reunión de enero de 2019, dijeron tres personas.
Durante la reunión de 2018 con Gore, según una persona familiarizada con la misma, Prince y Seddon dijeron que el objetivo de la operación de espionaje privado era encontrar trapos sucios tanto de los demócratas como de los “RINO”, un término informal en los círculos conservadores para referirse a los “republicanos solo de nombre”. El plan era comenzar en Wyoming, dijeron, y ampliar las operaciones desde allí.
A lo largo de dos años, los agentes encubiertos de Seddon también desarrollaron redes en Colorado y Arizona, e hicieron miles de dólares en donaciones de campaña al hacerse pasar por demócratas, tanto en el Comité Nacional Demócrata como en campañas individuales. Canalizar dinero subrepticiamente a las campañas a través de otros donantes —lo que se conoce como donaciones de testaferros— violaría las leyes federales de financiamiento de campañas.
Prince está siendo investigado por el Departamento de Justicia en asuntos no relacionados, según personas familiarizadas con el caso. El alcance de esa investigación no está claro.
Prince no quiso hacer comentarios. Seddon y Gore no respondieron a los mensajes.
Los documentos ofrecen nuevos detalles sobre los esfuerzos para manipular la política de Wyoming. Aunque actualmente el estado es sólidamente republicano, Seddon y Gore creían que estaba en peligro de inclinarse en favor de los demócratas, como ha ocurrido en Colorado.
Uno de los objetivos del proyecto, en particular, era el gobernador Mark Gordon, considerado un RINO en algunos círculos conservadores de Wyoming.
Después de que Gordon ganara una contienda reñida en las primarias republicanas contra Friess, el multimillonario, en agosto de 2018, Friess culpó de su derrota a los demócratas que cambiaron de partido el día de las elecciones para votar por Gordon.
“Parece que los demócratas le han encontrado ventajas a este asunto de cambio de partido”, escribió Friess en un correo electrónico obtenido por Wyofile, un sitio de noticias políticas en Wyoming. Agregó: “Con Trump obteniendo el 70 por ciento de los votos, muestra cómo los demócratas han podido controlar nuestras elecciones al ponerse un disfraz republicano”.
Gordon asumió el cargo en enero de 2019. Un documento de ese mes decía que los operativos de Seddon habían “identificado tres fuentes potenciales en la gestión del nuevo gobernador y han comenzado a acelerar los cultivos con miras a un reclutamiento temprano”.
Más tarde, en enero, los operativos escribieron que habían “reclutado con éxito otra fuente con un papel en el gobierno del nuevo gobernador”, y añadieron que la “fuente ha aceptado proporcionar información, ayudar a exponer la corrupción y ayudar con la eventual colocación de encubiertos”.
Según los documentos, los operativos de Seddon también tenían como objetivo desenterrar información sobre Steve Harshman, el presidente republicano de la Cámara de Representantes de Wyoming en ese momento, que también era visto por algunos conservadores como no lo suficientemente partidario de Trump. Un informe de febrero de 2019 decía que un “nuevo infiltrado se uniría al equipo” y que se le encomendaría la tarea de enfocarse en Harshman.
Meses después, en junio de 2019, un informe decía que “esperamos un gran botín, incluyendo nuevas líneas de inteligencia en el lado republicano de la cámara”.
Los documentos también muestran que, además de Gore, otros republicanos prominentes de Wyoming estuvieron involucrados en la operación de espionaje de Seddon.
Uno de los documentos indica que Marti Halverson, antiguo legislador del estado de Wyoming, dio una lista de personas para que los operativos se centraran en ellas. La lista incluía a John Cox, entonces director del Departamento de Servicios de Fuerza Laboral de Wyoming, y a Scott Talbott, entonces director del Departamento de Caza y Pesca de Wyoming. El documento está fechado en diciembre de 2018 y decía que Talbott era “otro de los nombres de individuos corruptos de Marti”.
Contactado por teléfono, Halverson dijo: “Francamente, no tengo nada que decir sobre el tema”. Luego colgó
Seddon utilizó a otros exempleados del Proyecto Veritas para ayudar en la operación de Wyoming, incluyendo a James Artherton, un operativo británico con el nombre clave de “kimchi” que estuvo involucrado en un plan del Proyecto Veritas dirigido a un editor de The New York Times en Londres en 2017.
Una de las agentes encubiertas también consiguió un trabajo para un consorcio de donantes liberales ricos —la Red de Inversores de Wyoming— que había tomado la decisión estratégica de apoyar a los candidatos moderados republicanos frente a los más alineados con la agenda de Trump, dicen los documentos. El trabajo la puso en posición de obtener información valiosa sobre qué candidatos republicanos apoyaba el grupo con publicidad independiente.
Prince ha estado involucrado anteriormente en el intento de encontrar trapos sucios en los políticos demócratas. En 2016, operativos republicanos creían haber obtenido correos electrónicos borrados de Hillary Clinton en la internet profunda, y buscaron la ayuda de Prince para autenticarlos, un episodio investigado por Robert S. Mueller III, el fiscal especial en la investigación sobre Rusia de la era Trump.
El informe del fiscal especial dice que Prince “proporcionó fondos para contratar a un asesor tecnológico para determinar la autenticidad de los correos electrónicos. Según Prince, el asesor tecnológico determinó que los correos electrónicos no eran auténticos”.
Más tarde, ese mismo año, Prince recurrió a Seddon para que le ayudara a formar a los agentes del Proyecto Veritas. Los dos hombres se conocían desde los días en que Prince dirigía Blackwater, y compartían una afinidad por las armas y el Oeste estadounidense. Seddon posee una cabaña que mantiene abastecida con armas, alimentos y otros suministros como preparación para un evento cataclísmico en Estados Unidos.
Durante una reunión de empleados de la organización de Gore, el Wyoming Liberty Group, celebrada en abril del año pasado en un suburbio de Las Vegas, Seddon presentó una propuesta para crear un sitio web en el que otros denominados “preparacionistas” pudieran comprar sus propios suministros y comunicarse entre sí en caso de lo que él denominó un momento del “cisne negro”: un gran ataque terrorista, otra pandemia o una guerra civil.
Gore acabó rechazando la propuesta porque era demasiado costosa: personas con conocimiento sobre el plan dijeron que empezaría en los cientos de miles de dólares.
Fuente: The New York Times