El presidente reivindica en Honduras a España como referente mundial por la ley de ‘solo sí es sí’
Hacía 23 años que un presidente español no visitaba Honduras, un país convulso desde el golpe de estado de 2009 que echó a Manuel Zelaya. Desde hace siete meses, su movimiento ha vuelto al poder tras una victoria electoral de su esposa, Xiomara Castro. Con su visita este viernes a Tegucigalpa, la capital hondureña, Pedro Sánchez culmina una gira latinoamericana que tiene un componente económico pero también un claro gesto político: apoyar la nueva ola de la izquierda latinoamericana, de la que el colombiano Gustavo Petro, al que visitó el miércoles, es la gran novedad. Pero Castro también es un claro exponente. Sánchez, que desde el pasado julio, cuando anunció en el debate del estado de la nación impuestos a las grandes energéticas y a la banca ha hecho un claro giro a la izquierda, refuerza así su perfil progresista internacional con este viaje en el que se acerca a las posiciones de Jose Luis Rodríguez Zapatero, reivindicado por la presidenta hondureña en su discurso frente al español, y se aleja de otras líneas más centristas en la política latinoamericana. En la reunión con Sánchez estaba no solo Castro sino también Celaya, en un claro gesto de vuelta al poder del derrocado.
En todo el viaje, Sánchez ha reivindicado la política progresista de redistribución de la riqueza que promueve la nueva ola de presidentes de izquierdas latinoamericanas y podría profundizarse si Lula gana las elecciones brasileñas el 2 de octubre.
Castro dijo que Zapatero siempre apoyó a Celaya frente al golpe de estado de 2009, “que trajo durante 12 años una narco dictadura que ha dejado miles de muertos y un país en ruinas que en siete meses estamos intentando reconstruir, por lo que agradecemos el compromiso del presidente Sánchez en la búsqueda del desarrollo y la paz social en Honduras, señaló Castro. El presidente está muy enfrentado a los regímenes más duros como Venezuela o Nicaragua pero abraza la nueva ola de la izquierda democrática latinoamericana —con Chile y Colombia como grandes referentes— y ofrece a España como “puente hacia Europa” de America Latina. “Queremos lograr una recuperación económica justa frente a la incertidumbre generada por la guerra de Putin”, ha resumido.
Sánchez ha aprovechado además que Castro es la única presidenta de America Latina para reivindicarse como un “político feminista” —en Colombia también aplaudió a Petro por hacer un gobierno paritario— y para presumir de España como “referente mundial” en políticas de género después de la aprobación este jueves en el Congreso de la ley del solo sí es sí. “La sociedad española siempre ha estado en vanguardia, con grandes avances que han venido de gobiernos socialistas”, ha incidido Sánchez. “Fuimos pioneros con la ley de igualdad, con la ley violencia género, con la del matrimonio homosexual, y ahora la del si es si. El camino es ser referente mundial en materia de igualdad de género y de derechos”.
Para Sánchez, la clave de los gobiernos progresistas en Europa y en America Latina está en proteger a las clases medias trabajadoras y luchar contra la desigualdad pero, a la vez avanzar en derechos con leyes como la del solo sí es sí. El presidente regresa a España con una agenda intensa para arrancar el curso político con una contraofensiva en la que multiplicará su presencia para darle la vuelta a las encuestas y prepara ya los Presupuestos para intentar aprobarlos con sus socios y mostrar así la estabilidad de una mayoría que ha sufrido muchas crisis, pero que el jueves mostró una solidez muy superior a la esperada en el Congreso. Sánchez además será mucho más duro con Feijoo para intentar frenar el efecto de euforia en la derecha y desmoralización de la izquierda que produjo el cambio de liderazgo en el PP y sobre todo su victoria en Andalucía.