Tras los devastadores terremotos que azotaron a Siria y Turquía el lunes, miles de civiles sirios continúan atrapados bajo los escombros, mientras que muchos más se encuentran en refugios temporales en un clima insoportablemente frío.
Mientras que la ayuda humanitaria de diferentes países, especialmente de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), ha estado llegando a Turquía, Siria se ha visto afectada por las paralizantes sanciones impuestas por Occidente.
Hasta el momento, solo unos pocos países se han presentado para romper el inhumano asedio al país devastado por la guerra. Irán ha enviado en los últimos dos días varias toneladas de ayuda humanitaria —incluidos alimentos, sábanas, tiendas, medicinas, suministros médicos y otros materiales— a bordo de tres aviones que aterrizaron en Damasco, la capital, Alepo y la ciudad portuaria de Latakia.
En este contexto, activistas de derechos humanos y periodistas publican en las redes sociales vídeos desgarradores de niños que permanecen atrapados bajo los escombros de edificios por falta de equipo para rescatarlos debido a las sanciones de Estados Unidos.
La hipocresía estadounidense y europea se puede resumir en un tuit que el presidente de EE.UU., Joe Biden, publicó después del terremoto, diciendo que estaba “profundamente entristecido por la tragedia en Turquía y Siria” mientras dirigía a su equipo para brindar la asistencia necesaria a la nación turca sin ninguna mención del pueblo sirio.