Un artículo publicado el sábado por el diario Wall Street Journal (WSJ) explica cómo las presiones occidentales han llevado a Teherán y Moscú, “dos acérrimos enemigos” de Estados Unidos, a reforzar su alianza para poder evadir las sanciones económicas de Occidente en su contra.

Los dos aliados comparten una postura antimperialista, por lo que su cercanía enciende las alarmas en Washington, según el editorial. “Los dos Estados se oponen a un orden mundial liderado por Estados Unidos y ambos sufren duras sanciones estadounidenses”, resalta.

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Benoit Faucon, columnista de WSJ, opina que “una alianza más estrecha entre Rusia e Irán ayudaría a ambos países a mitigar el impacto de las sanciones occidentales al encontrar nuevos mercados para sus productos e impulsar la cooperación militar”.

Las autoridades estadounidenses han expresado su profunda inquietud por los vínculos cada vez más fortificados entre los dos países.  El asesor de la Seguridad Nacional de EE. UU., Jake Sullivan, calificó recientemente los florecientes vínculos entre Rusia e Irán como una “profunda amenaza”.

En julio, Irán se convirtió en el mayor comprador mundial de trigo ruso. Este mes en curso, Irán lanzó un satélite al espacio con un cohete portador ruso lo que marcó un hito en las cooperaciones de ambos aliados en el campo espacial. Es más, la semana pasada, el Ejército de Irán llevó a cabo ejercicios militares conjuntos de drones con las fuerzas rusas justo cuando EE.UU. acusa a Irán de buscar suministrar drones de combate a Moscú para su supuesto uso en el conflicto en Ucrania.

Irán rechazó categóricamente esa acusación estadounidense y dijo que la historia de la colaboración entre la República Islámica y la Federación Rusa en tecnologías modernas se remonta a antes de la guerra en Ucrania.

En cuanto a la cooperación económica, el comercio bilateral entre los dos vecinos aumentó un 10 % este año. En 2021, el comercio entre las partes aumentó casi el 80 % llegando a los 4000 millones de dólares, según Moscú.

Algunos observadores dicen que, aparte de la cooperación alimentaria y militar, la relación entre Teherán y Moscú aún tiene un largo camino por recorrer. Los viajes de turistas rusos a Irán han aumentado considerablemente en los últimos meses, mientras que los rusos están tratando de llegar a acuerdos con Irán para importar las marcas iraníes de ropas y piezas de repuestos de automóviles en medio de sanciones occidentales al país euroasiático.

En el sector energético, la Compañía Nacional de Petróleo de Irán también firmó un acuerdo con el gigante energético ruso Gazprom para invertir 40 mil millones de dólares en la industria de gas natural de Irán.

Según WSJ, Irán ofrece lecciones a Rusia para evitar los efectos de las sanciones occidentales, mientras que Moscú parece haberle dado preferencia a Irán por las exportaciones agrícolas. En general esa cooperación de mutuo interés entre ambos países se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el Occidente, principalmente para EE.UU.